Todo caballero, como buen héroe, debe seguir las consignas “servir y proteger”. Con este lema por bandera y la noche como su gran aliada actúa el superhéroe creado por Bob Kane en 1939, Batman. El hombre murciélago encargado de salvaguardar a los habitantes de Gotham de la fuerte corrupción que padece.
Fotograma de «El Caballero Oscuro» – Copyright © 2008 Warner Bros. Pictures, Legendary Pictures y Syncopy. Fotos por Stephen Vaughan. Distribuida en España por Warner Bros. Pictures International España. Todos los derechos reservados.
El personaje ha tenido varias series televisivas no animadas, una en 1943 Batman de quince capítulos protagonizada por Lewis Wilson; en el 49 llegaría Batman y Robin compuesta también por el mismo número de capítulos y con Robert Lowery como intérprete de Bruce Wayne, la tercera y muy colorida Batman vendría en 1966 con Adam West a la cabeza. En ese mismo año el reparto realizaría su primera versión cinematográfica.
La segunda Batman realizada en 1989, sería una de las más aplaudidas seguida por otra en 1990 Batman vuelve en la que director, Tim Burton, y protagonista, Michael Keaton, repetirían juntos el trabajo. Algo que no se volvería a repetir. La Warner trató de seguir exprimiendo a su gallina de los huevos de oro, pero ya sin Burton, a quien sólo le dejaron ser productor. Por su parte Keaton rechazó el proyecto tras leer el guión. El proyecto se lo llevaría Val Kilmer siendo dirigido por Joel Schumacher, al igual que la siguiente entrega, donde el superhéroe pasaría a tener el rostro de George Clooney. En el 2005 volvería a recuperar el brillo que Tim Burton le dio al héroe ahora con Christopher Nolan a cargo de una trilogía que presenta a un personaje muy oscuro. Si el primero se centraba en un atormentado hombre, el segundo lo haría en su faceta de héroe.
Imagen de «El Caballero Oscuro» – Copyright © 2008 Warner Bros. Pictures, Legendary Pictures y Syncopy. Fotos por Stephen Vaughan. Distribuida en España por Warner Bros. Pictures International España. Todos los derechos reservados.
La primera de las tres partes, Batman. El caballero oscuro, presenta la historia de este superhéroe, un humano carente de superpoderes, su creación y forja heroica. El realizador ya había demostrado en sus proyectos anteriores su gusto por los juegos mentales, como en su inolvidable Memento (2000) donde juega con su protagonista, Leonard, Guy Pearce, quien incapaz de recordar sus actos a corto plazo, opta por dejarse notas a sí mismo y tatuarse el cuerpo.
Otra cinta donde la percepción engaña a protagonista y espectadores es Origen, 2010. En ella Nolan actúa como un demiurgo y se divierte confundiendo a todos. Plantea un mundo virtual, residente en la mente, difícil de distinguir del real, donde la consigna cartesiana “pienso luego existo” no sirve. Dicha confusión entre realidad y ficción vuelve a retomarla en su primer Batman, representado ahora por Christian Bale, quien debe enfrentarse a su mentor Ra’s Al Ghul que al frente de La Liga de las Sombras tratará de destruir Gotham y a sus corruptos habitantes. Lo hará envenenando el agua con un producto procedente de una extraña flor, la amapola azul, un potente alucinógeno que pierde la mente de las personas en un aterrador mundo irreal dominado por los miedos personales de cada uno.
Mediante esto Nolan consigue una vez más envolver a sus personajes en un universo de confusión en el que ficción y realidad se funden impidiéndoles distinguir una de otra, sumergiéndolos así en un estado de locura que los incapacita. Un juego perverso muy en su línea en el cual logra meter, en esta ocasión, a un superhéroe, pues ni el mismísimo Batman puede evitar caer en la trampa de este director.
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