En la profundidad del invierno, aprendí que en mi interior hay un verano invencible.
Albert Camus
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a estar con todos vosotros. Estrenaoms mes y, con él, una nueva reflexión cinematográfica, esta vez a colación de El abuelo tiene un plan (1973) dirigida por Pedro Lazaga y con guion de Vicente Coello, Mariano Ozores y Juan J. Daza (basado en una obra teatral de Alfonso Paso).
La historia nos lleva a un hospital de Madrid, donde Leandro (Paco Martínez Soria) acaba de ser ingresado. No es algo extraordinario, ya que Leandro acude continuamente a su médico, el doctor Juan Bolt (Alfonso Paso), a la espera de que los medicamentos y su apoyo le hagan seguir viviendo.
Otra asidua del doctor Bolt es Elena (Isabel Garcés), una mujer también mayor que vive con su hermana viuda (Guadalupe Muñoz Sampedro) y con la hija de esta, Beatriz (Nuria Gimperá), que es la enfermera del doctor Bolt. Después de unos días en observación, el doctor les da el alta y cada uno vuelve a su soporífera vida, llena de rutina.
Ambos están cansados del trato de enfermos que les dispensa cada una de sus familias; los dos tienen unos síntomas muy particulares: Leandro no oye por un oído salvo los días impares; a Elena se le para el corazón durante unos minutos varias veces al día. A Leandro le toca ahora estar con su hija casada, pero pronto irá a casa de su hijo con su nuera, nuevamente embarazada y con familia numerosa.
En vista de estos dos casos, el doctor urde un plan con su enfermera, aduciendo que, si ambos tuvieran una ilusión, no sufrirían tantas enfermedades. Beatriz, que se va a casar por esas fechas, despliega todo su potencial de celestina y le escribe a su tía una preciosa carta de amor. En un código postal de referencia, esa carta le llega a Leandro y, con su mantita de abuelo viendo la televisión, recibe esas palabras que le sirven de catapulta para salir del letargo.
Le escribe a Elena, a quien sueña enamorada de él. Sus cartas son intensas y quedan en una cafetería. Al principio, no se gustan, pero las enfermedades y el doctor que les atiende hacen que todo sea más familiar entre las dos. Siguen quedando como niños y con mucha ilusión se sienten otra vez en la vida que quieren disfrutar. Y la aventura es para vosotros.
El abuelo tiene un plan tiene ya sus años, pero nos puede servir de referencia, pues la problemática de las personas mayores que parece que no deben tener ningún ‘plan’ sigue siendo tan de actualidad como siempre.
La estigmatización de las personas mayores, el mero hecho de decir “eso no es para tu edad” es algo muy peligrosos, ya que esos argumentos caen en sus cerebros como losas que acaban por convertirse en una realidad.
Por eso, como reza la máxima “en la profundidad del invierno, aprendí que en mi interior hay un verano invencible”.
Con todo el cariño, feliz mayo para todos, desde la Mecedora.
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