Siempre que veo un teléfono de los antiguos de esos de ruedecita me viene a la cabeza la famosa frase: «ET teléfono, mi casa, ¡teléfono!», es casi inconscientemente. Y es que es una de las películas que más han marcado a unas cuantas generaciones. Ese pequeño hombrecillo de cuello largo y grandes ojos nos cambió el concepto de extraterrestre de un ser maléfico a uno entrañable.
E.T. el extraterrestre es de esas películas que gusta tanto a los peques como a los más grandes de manera intemporal. No en vano fue coproducida y dirigida por uno de los grandes de la ciencia ficción como es Steven Spielberg y obtuvo cuatro estatuillas de la Academia estadounidense a la Mejor música, al Mejor sonido, a los Mejores efectos sonoros y a los Mejores efectos especiales, y obtuvo otras cinco nominaciones, a la Mejor película, al Mejor director, al Mejor guión original de Melissa Mathison, a la Mejor fotografía de Allen Daviau y al Mejor montaje. A diferencia de otras grandes películas no tiene secuela y eso la hace única, aunque sí existe un proyecto para ello. Entre sus actores están Henry Thomas, Robert MacNAugthon, Drew Barrymore, Dee Wallace, Peter Cuyote, Erika Eleniak, K.C.Martel, Sean Frye y Thomas Howell. ET es un pequeño extraterrestre que se queda perdido en un bosque, confundido llega hasta un cobertizo, es aquí donde empieza su relación con Elliot un niño de diez años de padres divorciados que pide atención y cariño desesperadamente, en cierto modo se encuentra igual que ET. Ambos se harán inesperables, Elliot empatiza tanto con él que somatiza todo lo que experimenta; incluso hasta una pequeña borracherilla con suelta de ranas y beso incluido… Vaya momentazo, ¡qué primer beso con libros como escalón!
Imagen de E.T. the Extra-Terrestrial – Copyright © 1982 Universal Pictures, Amblin Entertainment. Todos los derechos reservados.
Pero el secreto de Elliot pronto se hace común para sus dos hermanos, la pequeña Drew que cuasi lo convierte en la Sra. Pepis y Dee el hermano mayor abusón. Los tres trataran de ayudar a E.T. para que pueda llamar a sus padres, esas cosas nunca cambian y cuando algo nos pasa…. Aprovecharán la fiesta de Halloween para pasar desapercibidos, pero algo falla y Elliot, que somatiza todo aquello que le pasa a ET, enferma, ambos enferman; y cuando las cosas van mal a quién se llama… a mamá. Será demasiado tarde para que su madre coraje pueda hacer algo y los «amigos» de la NASA ya les están esperando con los brazos abiertos en su propia casa. Ambos están en un punto de inflexión muy delicado y ET simula su muerte provocando una recuperación milagrosa del niño que ve la prueba del engaño al ver brotar su planta.
Y es aquí donde se produce la secuencia que más veces ha sido copiada, siempre que pienso en esta película visualizo la persecución en bicicleta con ET a la cabeza con la luna de fondo y las bicis volando, -cómo me hubiera gustado tener una como esa cuando era una cría-, hasta los Simpson han copiado este momento bicicleta.
Y como toda historia, ésta también tiene su final feliz en el que los papás de E.T. vienen a buscar a su niño y todos se quedan atónitos con la visión de la nave espacial y la tierna despedida con todos y cada unos de los chicos, en especial con Elliot: «Estaré aquí mismo», cuánto encierra esta frase… Cuántas veces hemos pensado decirla a alguien a quien queremos y no tenemos cerca…
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