Denunciad, pero para ayudar.
Protestad pero para construir.
Raoul Follereau

Queridos amigos de Todo es cine:

Un placer volver a ponerme en contacto con todos vosotros. Este mes que la revista ha dedicado, como viene siendo una costumbre en febrero, al amor, os voy a hablar sobre una película que espero os guste; el sólo hecho de presentar el nombre de la autora que le dio vida, Charlotte Brontë, deja muy alto el listón. Recordemos que las hermanas Brontë fueron unas escritoras del siglo XIX muy importantes para la literatura inglesa. Hijas de un predicador, toda la familia fue llevada a una parroquia en un páramo, donde el frío y las calamidades hicieron mella en esa casa. Hacer esta introducción nos pone de manifiesto que la creatividad era su única fuente para poder salir de allí, gracias a la imaginación y a la literatura, las hermanas Brontë soñaban con un mundo mejor, aunque sus vivencias dejaban impronta en sus personajes, pues los hombres de sus novelas son, al igual que Heathcliff de Cumbres borrascosas y Edward Fairfax Rochester de la que nos ocupa, Jane Eyre, profundamente atribulados. Jane Eyre de Cary Fukunaga (2011), es la película que he escogido para hablar de una época, de sus costumbres y de todo aquello que la gran reportera Charlotte Brontë nos explica en su libro.

michael fassbender y jane eyre en todos al cine
Jane Eyre de Cary Fukunaga (2011), producida por Focus Features, en asociación con BBC Films y Ruby FilmsTodos los derechos reservados.

La historia comienza con Jane Eyre (Mia Wasikowska), una huérfana que queda desamparada bajo el cuidado de su tía, la cual, haciendo gala del poco aprecio que le profesa, la abandona a su suerte en un orfanato en manos de clérigos de la época. La niña tiene dentro de su espíritu una indómita y escéptica personalidad, por lo que es reprendida; pero allí, donde las vejaciones están a la orden del día, conoce a Helen, otra niña que cambiaría radicalmente su vida. Duermen juntas y aprende con ella otra filosofía, Helen acepta su fin, ya que está muy enferma de tuberculosis (hecho que no es de extrañar, ya que la generalidad de las hermanas Brontë murieron de esta enfermedad). Pero antes de irse, le explica a Jane qué es para ella el amor, con su cariño y haciéndole ver que ella tiene alrededor a sus padres y que nunca dejarán de velar por ella. Gracias a la niña Jane se queda tranquila. Aunque la pérdida de Helen es un desconsuelo, Jane sabe que nunca estará sola.

Cuando crece, es trasladada a una mansión donde debe hacerse cargo de otra niña huérfana, haciendo las veces de su institutriz, pero allí se encuentra a Edward Fairfax Rochester (Michael Fassbender), un hombre que parece atormentado, como si llevara encima algún tipo de carga. Ella es una mujer que desde niña sabe responder con claridad y contundencia, no se parecía a ninguna de las mujeres que querían optar al papel de institutriz en esa mansión, no se jugaba su integridad por nada, ni siquiera el amor de ese hombre que adoraba.

En este sitio, también aislada del mundo, pasaba sus días viendo cómo su juventud se iba yendo sin divertirse, sin bailar y sin ser feliz. Se quejaba con el ama de llaves Mrs. Fairfax (Judi Dench), de la libertad de los hombres y reclamaba un poco para las mujeres. Allí, las tres fases de la vida, la niña, la joven y la anciana, pasaban sus días a la espera de algo. Edward le pide matrimonio, pero cuál será su sorpresa al enterarse que ya estaba casado, dentro de aquellos muros también se guardaba a una mujer que había perdido la razón. Vestida de novia, Jane se va corriendo tan lejos como sus fuerzas son capaces. Llega a algún sitio lejano donde el pastor John Rivers (Jamie Bell) y sus dos hermanas le salvan la vida. Y allí, en otro sitio escabroso y solitario, dará clases a los hijos de los labradores. El pastor le pide su mano pero ella, fiel a esos principios de honestidad que tanto daño le hacía a la gente (porque siempre es más cómodo seguir fingiendo), no acepta. Al llegarle la noticia del fatal desenlace de la mujer que la crió y la hundió, fue a su lado, y entonces descubre que era heredera de toda una fortuna. Pero Jane sólo quería una cosa, una familia, y así hizo que el pastor y sus hermanas tuvieran acceso a la fortuna, siempre que fuesen una familia. Sin embargo, como desde niña Jane tuvo muy acentuada la intuición, percibió enseguida que alguien le llamaba y acudió a ver a Edward.

Creo que hoy os he contado casi toda la trama, os dejo el desenlace, pero entended la época, la situación y la tragedia de muchas mujeres. La Historia está llena de tantas historias, pero podemos poco a poco ir cambiando la nuestra. Hoy en día que tanto se habla de los derechos humanos, seamos más humanos y en lo que podamos, construyamos un mundo que el día de mañana, cuando se hable de nosotros, se diga que nuestra protesta sirvió para construir vuestro futuro. Espero que haya un gran futuro para todos.

Desde la Mecedora, con todo el cariño.

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