Título original: Colossal. Año: 2016. Duración: 109 minutos. País: Estados Unidos. Dirección y guion: Nacho Vigalondo. Música: Bear McCreary. Fotografía: Eric Kress. Reparto: Anne Hathaway, Jason Sudeikis, Dan Stevens, Austin Stowell, Tim Blake Nelson, Agam Darshi, Hannah Cheramy, Christine Lee. Producción: Voltage Pictures, Sayaka Producciones, Brightlight Pictures, Route One Entertainment. Género: Fantástico.
Hace un par de noches, una compañera de TodoEsCine me dijo que se me echaba de menos en este fantástico refugio para amantes del séptimo arte. Le dije que el sentimiento era mutuo y que yo también estaba deseando volver a reencontrarme con una buena película sobre la que escribir. En ese mismo momento, me prometí a mí mismo que la primera película decente que llegara a mis retinas sería la elegida. Para mi sorpresa, esa película llegó azarosamente veinte minutos después. Y no solo era decente… ¡Era colosal!
Colossal es la cuarta película como director en solitario del genial y carismático Nacho Vigalondo. Ya conocía su existencia a través del tráiler que la hizo algo popular en su momento. Se trata también de la segunda película hollywoodiense de este director (tras la recomendable Open Windows). Sí, es verdad que ya había colaborado en otras cintas mosaico al otro lado del charco, tales como The ABCs of Death o The Profane Exhibit, pero esta es sin duda una de sus primeras aventuras en solitario (y espero que de muchas) en la meca del cine.
A pesar de que soy muy fan de Vigalondo (¿quién no lo es?) y que el mencionado tráiler había captado en su momento mi atención (en parte, gracias al protagonismo de la polifacética Anne Hathaway), no vi la película en su momento. ¿La razón? Pues sencillamente porque el tráiler transmite que la cinta no se trata de otra cosa sino de una comedia romántica con toques sobrenaturales. Una comedia interesante y original sí… ¡Una comedia de Vigalondo… que ya son palabras mayores!…, pero una simple comedia al fin y al cabo. Pues bien, nada más lejos de esa realidad. Como he afirmado al principio, Colossal es colosal.
Como decía, justo esa noche la echaban por la tele y decidí no esperar más. Sí, ciertamente la película empieza con tines claros de comedia (hasta hay momentos en los que parece más bien un remake de Bridget Jones), pero los va perdiendo poco a poco para ir mucho más allá. Es como si la máscara de aparente sencillez y banalidad que envolvía inicialmente la historia, se fuera cayendo poco a poco hasta desvelar algo totalmente insospechado. Y este hecho insólito no es otra cosa que Colossal narra, en el fondo, una historia de violencia de género, machismo y bullying a lo largo de la vida de la protagonista. Sí, es verdad: una historia de violencia machista en la que la que el papel de la mujer, el rol de víctima, está representado no solo por ella misma, sino por un tierno monstruo gigante que aparece en mitad de Seúl.
Pero la cosa no acaba ahí. El machista y agresor es, en este caso, aparte de un hombre malo, paranoico, posesivo y obsesionado con el personaje de Hathaway (incluso desde la niñez), un robot gigante de proporciones similares a las del monstruo que esta última parece controlar misteriosamente a distancia. Además, como en casi todos los casos de violencia machista, el personaje masculino es inicialmente tierno, considerado, amable… Y poco a poco se va tornando oscuro, desconfiado… Suplica perdón, se excusa en una mala racha… Sin embargo, acaba por volver a las andadas y, finalmente, amenaza y levanta la mano contra su pareja/compañera y otros seres inocentes. La diferencia es que en Colossal, esta mano opresora es, a la vez, un ingente brazo robótico y los seres inocentes son anónimos ciudadanos surcoreanos y las calles de su famosa, olímpica y democrática capital.
En definitiva, Colossal es una triste historia de violencia contra la mujer, pero con toques amables y divertidos y un final justo (recuerdo que estamos en Hollywood). Para complicar un poco más las cosas (y sorprender al espectador), esta lacra social se eleva al terreno de la ciencia-ficción con trágicas luchas entre robots y monstruos a lo Ultraman vs. Godzilla o Jaegers contra Kaijus (por citar componentes de otra gran película de ciencia ficción de marca latina). En definitiva, y por tercera vez: ¡Colos(s)al es Colo(s)sal!
¡Ah! A mitad de la película se incluye una escena muy cómica que al público español le resultará muy graciosa. Tiene que ver (o al menos se parece escandalosamente demasiado) con unas disculpas que nos resultan familiares. Mira por dónde, justo esas palabras me vienen al pelo ahora para disculparme por mi desconsiderado hiato en TodoEsCine: … Lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir…
Hasta pronto,
Alberto Corbi.
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