Su presencia no pasa desapercibida ante los medios de comunicación. Cámaras y fotógrafos se yerguen ante su presencia y no es de extrañar, ya que la colombiana Angie Cepeda se muestra exultante con su entallado vestido bermellón, un vestido que resulta disuasorio con respecto al talento de esta intérprete internacional, tremendamente honesta y entrañable. Lleva unos salones negros de vértigo y muestra un candor con todo el equipo que le hacen parecer cercana y llana. Se acomoda en su asiento en la sede de Telefónica en la Gran Vía, rodeada de vigas de metal que se contraponen con su carácter temperamental y vibrante. Mientras hablamos, se emociona al referirse a este trabajo que tantos quebraderos de cabeza provoca pero en el que ha encontrado la clave del éxito; dice sentirse ahora “más cómoda que nunca” y, aunque no descarta cambiar de parecer en pocos meses, confiesa haber encontrado al fin el quid de la profesión: “ahora me siento bien, he conseguido ver la vida de otra manera”. Pocos somos los afortunados de poder departir con esta joven intérprete, célebre por haber participado en Pantaleón y las visitadoras o El amor en los tiempos del cólera, sendas cintas de dos autores de Nobel, Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez respectivamente. También ella, sin ser novel en la profesión, se muestra conmovida por los personajes que interpreta, y parece disfrutar con cada nueva incursión cinematográfica como la vez primera. Un candor que, esperamos, no se termine nunca, y siga siempre incombustible en esta admirable intérprete.
Imagen de la entrevista a Angie Cepeda con motivo del estreno en España de Una noche en el viejo México. © 2013 Todos los derechos reservados |
Lucía Tello Díaz.- Ante todo, ¿cómo surgió la propuesta de participar en Una noche en el viejo México?
Angie Cepeda.- Al ser una coproducción estadounidense, me llegó el cásting a través de la agencia de Estados Unidos, no sabía que el director era Emilio Aragón, no sabía nada, sabía que era coproducción española pero nada más. Leí este guion maravilloso, porque es maravilloso cómo está escrito, y este personaje tan bonito, y me encantó. Era una prueba de cuatro escenas muy largas, y me las preparé porque ellos llevaban tiempo buscando a la actriz pero no la encontraban. Por fortuna, el director de cásting me vio y dijo “es ella”, se lo mostró a Emilio y él, que ya me conocía, me llamó antes de mostrársela a Duvall para que lo aprobara. Antes de enseñárselo, Emilio me llamó desde Estados Unidos a Colombia, que era donde yo estaba trabajando, y me dio indicaciones para que corrigiera ciertos aspectos en una secuencia. Repetí la escena y se la mandé. Eso sí, con algunas complicaciones… Cuando hice la prueba tenía el pelo claro, porque estaba trabajando en otro proyecto. Cuando leí “mexicana” y “película gringa”, pensé: “tengo que estar con el pelo negro”. Así que me tocó llamar a un amigo peluquero para que me pusieran extensiones de pelo negro. Pero claro, la raíz no me la podían tapar, así que tuve que echarme en las raíces máscara de pestañas…
LTD.- ¡Qué habilidosa!
AC.- Yo sólo pensaba “Dios mío por favor, que no me digan que vaya a Los Ángeles a entrevistarme con nadie, porque se van a dar cuenta de que soy un fraude”. Pero no fue necesario. Mandé las pruebas a Emilio con las indicaciones, ya ellos querían que fuera yo y se las enseñaron a Duvall, y él dijo que sí, las aprobó. Así que me llamaron enseguida, me contrataron, no tuve que ir a ningún sitio, y fue una suerte porque normalmente te vuelven a llamar, quieren volver a ver, todo el mundo te quiere conocer… Afortunadamente así no fue, llegué pocos días antes de rodar y aquí estoy.
Imagen de de Una noche en el viejo México © 2013 Globomedia Cine, Telefonica Studios, Flywheel & Shyster, TVE e ICAA. Todos los derechos reservados |
LTD.- Y ¿cómo es Patty, el personaje que interpretas en Una noche en el viejo México?
AC.- Patty es un personaje que me encanta, porque es una mujer que viene también un poco de vuelta, que ha pasado por momentos un poco difíciles y que tenía muchos sueños; no es muy talentosa pero tenía grandes sueños, esta idea de la felicidad de triunfar en Broadway, cantar ante un gran público, tener dinero y también joyas, como dice en la película; pero de repente se queda ahí, en la frontera, estancada en un lugar donde tiene que quitarse la ropa, y solo tiene un minutito maravilloso en el que puede cantar antes de desnudarse. Pero la tratan mal, la ven como nada, como un pedazo de carne, no la tratan bien esos “fucking gringos”, como ella les llama. Además no es feliz, tiene miedo de regresar a su casa porque tiene engañados a todos y siente que si regresa, la van a tener como una perdedora. Y no quiere que le vean así. Es muy bonito porque, a través de lo que le pasa esa noche, de conocer a Red, se da cuenta de que hay algo que la toca, que él la ve de otra manera, no tiene nada que ver con el sexo, sino que ve su alma; hay algo que cambia en ella y decide volver, se da cuenta de que la felicidad pasa por otro lado y no vale la pena luchar por algo que al final no le va a traer bienestar. Es lindo. Me encanta que sea tan fuerte, que no sea prejuiciosa, que se enamore de un hombre mayor, y no de un jovencito, y que conecte con el alma de ese ser tan bonito que la vida le trae. No sé si existe un gran papel en la vida de todo actor, pero si es así, éste es uno de ellos. Patty es un personaje con el que he disfrutado mucho, está muy bien escrito, lo cual te ayuda. Cuando un personaje está bien escrito, ya tienes dónde trabajar. Cuando un personaje está mal escrito, y no entiendes nada, por qué reacciona de una manera u otra, te toca trabajar mucho o intentar cambiar algo. Acá fue fácil, está muy bien desarrollado, así pude disfrutar mucho. Todo en esta película fue bueno por eso. Ojalá se sigan repitiendo experiencias semejantes, ojalá no me acuerde de este personaje nunca más porque vengan muchos así.
Imagen de Una noche en el viejo México © 2013 Globomedia Cine, Telefonica Studios, Flywheel & Shyster, TVE e ICAA. Todos los derechos reservados |
LTD.- ¿Cómo fue la relación con todo el equipo, en concreto, con Robert Duvall y Jeremy Irving?
AC.- Con los dos me llevé muy bien. Jeremy es un chico muy joven, muy talentoso y muy disciplinado; como es inglés, le tocó hacer un acento neoyorkino, trabajaba con la coach día y noche. Te das cuenta de que, como llevaba poco tiempo trabajando, estaba ahí súper concentrado, con esa intensidad que uno tiene cuando está comenzando, que también está muy bien, y era muy lindo ver el contraste con Duvall, que es todo lo opuesto; él lleva toda la vida ya trabajando, que no le gusta ensayar, ni hablar de las escenas. No es de los que te sientan y te dicen: “vamos a hablar de esta escena, a ti te pasa esto, a mí me pasa lo otro…”. No. Él no es así, no le gusta ensayar ni tampoco cree en los profesores. Robert Duvall viene de la escuela de Meisner, que propone oír el texto del otro como si fuera la primera vez, y reaccionar, como pasa en la vida real. Simplemente. Y trabaja así. Está muy bien porque le da una sensación de sorpresa a las escenas, realmente la historia funcionaba así. Te decían: “esta es la escena. Vamos a marcar la toma. Tú te paras aquí y tú aquí. Listo. ¡Acción!”. Y te quedabas como “ok… Estoy frente a Robert Duvall, que no se me olvide el texto, que no me quede embarrada, quiero hacerlo bien”. Pero ocurría la magia. Solo era necesario estar presente, oírlo, relajarte y ya está. Duvall lo da todo. Y transmite una calma, una tranquilidad, una simpleza que me vino fantástico. A veces uno se pone mucha presión en el set y es difícil disfrutar. Todo siempre es rápido, pero aquí con Emilio, que es súper tranquilo, y con Duvall, me sentí muy tranquila.
LTD.- Todos coincidís en decir que Emilio Aragón es una persona muy calmada, pero ¿cómo le definirías como director?
AC.- Es que Emilio es un divino, un amor, un caballero y un ser humano muy bonito. Yo le agradezco que haya confiado en mí para el papel de Patty. Como ya había hecho la prueba y le había gustado, tampoco hablamos mucho, en el momento en que empezamos a rodar, todo se fue dando. Con mucha tranquilidad, todo fue saliendo. Así que ojalá pudiera trabajar con Emilio mucho más, porque realmente el director siempre marca la pauta en un rodaje. Si el director está mal, es un histérico o malgeniado, la gente está estresada. Y en un rodaje siempre hay complicaciones. Emilio es tan lindo, que todo el mundo está bien. Se nota la diferencia porque todas las películas son distintas, todas son experiencias, pero depende mucho de quién es el director o los actores con los que te toca trabajar. Evidentemente ésta ha sido una de las experiencias más bonitas de mi vida, y ojalá se repita, no sólo por trabajar con Duvall y todo eso, porque sé de amigos que han trabajado con actores conocidos que, al final, tuvieron una experiencia muy desagradable. Lo que importa son las personas con las que trabajas, independientemente de quiénes son o los nombres que tengan.
LTD.- Volviendo a tu personaje de Patty, ¿qué fue lo que más te atrajo de ella?
AC.- Lo que más rescato de Patty es que, más allá de las circunstancias, no se victimiza, no anda por los rincones quejándose y preguntándose por qué la vida le trata mal. No. Yo creo que en la vida las cosas a uno le pasan, pero también uno debe ser responsable de las cosas que le pasan y cómo le pasan. En parte me siento identificada con ella porque yo también he dejado a mi familia, le he dado prioridad al trabajo, he ido en busca de mis “sueños”. Y digo sueños entre comillas porque han pasado muchos años desde que comencé, y ahora veo las cosas de manera muy diferente, antes creía que si no cumplía todos mis sueños, la vida no era tan interesante; y resulta que ahora, después de que han pasado tantas cosas, pienso que, si hay algunos sueños que no se cumplen, no pasa nada tampoco. Y no pasa nada porque me siento bien. Estoy en un momento en mi vida en que me siento muy bien. Cumplo 40 años el dos de agosto, y digo: “qué interesante”.
LTD.- Esa es una perspectiva muy vital
AC.- Es que me siento muy bien; no sé por qué, lo digo en serio. Algunos años de mi vida han sido duros, en los que no me he sentido bien, he pasado momentos feos. Pero ahora me siento bien, mejor que nunca, creo que veo la vida de otra manera. No sé si en un año o dos me sentiré diferente, pero ahora me siento muy bien, muy contenta, tranquila, porque no me tomo las cosas de una manera dramática. Soy más ecuánime con mis emociones. También es que ahora tengo tres películas por estrenar, que además son de distintas nacionalidades: una es peruana, que se llama El elefante desaparecido; la otra es colombiana, La semilla del silencio, y la última es mejicana, y se llama Elvira te daría mi vida, pero la estoy usando. Las tres son personajes completamente diferentes, por ejemplo en la colombiana soy una fiscal de Derechos Humanos. Y eso tiene mucho que ver con la edad.
LTD.- Claro, es completamente cierto
AC.- También me ofrecen esos personajes ahora porque son para otra edad. Este trabajo es muy inestable, uno nunca sabe cuándo volverá a trabajar. Es así, no hay ninguna garantía, pero yo confío en que todo estará llegando en el momento que tenga que llegar. Y no tengo ansiedad. Es lo que noto, que esa ansiedad que me acompañó durante muchísimo tiempo, ya no está.
LTD.- Quizá porque ya has mostrado tu valía, la gente sabe cómo trabajas y ya no tienes que demostrar nada
AC.- Fíjate, yo creo que no tiene nada que ver con eso, sino con algo interno mío, que ya me siento bien “in my own skin” como dicen los gringos, en mi propia piel. Y como me siento bien, están apareciendo cosas interesantes. Como que ya logré sentirme bien. Así me estoy sintiendo ahora –ríe-, así me siento este año, pero no sé cómo me voy a sentir dentro de tres o cuatro.
LTD.- En la actualidad, ¿tienes algún otro proyecto en Estados Unidos?
AC.- De momento haciendo cástings, pero no tengo ningún proyecto allí ahora. Está saliendo una serie que hice para Fox, que se llama Familia en venta, y se está emitiendo por toda Latinoamérica y por todo Estados Unidos, por Mundo Fox. En España tenía una serie, pero al final no puedo grabarla, así que aprovecharé ahora que he venido para presentar Una noche en el viejo México para ver a mis amigos, y luego regreso porque es el estreno de esta película en Estados Unidos. Además, acabo de terminar en México de rodar. Sobre España, vamos a ver, porque estuve viviendo aquí hace algunos años, me fui hace dos, y ahora estoy feliz de haber regresado. Vamos a ver si siguen saliendo otras cosas interesantes.
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