Aquella mañana la primera estrofa de ‘Help!’ retumbó en las cuatro paredes del aula. Grabada en una cinta, la profesora rebobinaba una y otra vez la canción para que todos, con talento dispar y más bien escaso, pudiéramos entonarla con mayor estímulo. Lo hacíamos después de motivarnos con un artículo firmado por Rosa Montero que databa de 1993, bastantes años antes de que nosotros incursionáramos en el mundo de la música. En él la magnífica periodista confesaba que los de Liverpool habían sido, a sus once o doce años, los únicos ídolos que jamás había tenido, y que a ellos debía haber descubierto que, lo que ella canturreaba como: «ls bin ejars deis nai / anaibin nokin laike doooo / is bin ejars deis nai / an sus bislipin laike loooo», significaba realmente: “It’s been a hard day’s night / and I’ve been working like a dog / lt’s been a hard day’s night / I should be sleeping like a log”. Lo que en el caso de Rosa Montero era ‘A Hard Day’s Night’, fue en mi primer curso de Bachillerato ‘Help!’, un tema que me engatusó cuando yo era más joven, mucho más joven que hoy en día. Siempre me acordaré de aquella mujer, pizpireta y amable, que tanto me recuerda a Juan Carrión, el profesor de inglés que inspiró a David Trueba para su Vivir es fácil con los ojos cerrados (2013).
Imagen de Vivir es fácil con los ojos cerrados, distribuida en España por Universal Pictures International Spain © 2013 Fernando Trueba Producciones. Fotos por Adolfo Crespo. Todos los derechos reservados.
En la película, protagonizada por Javier Cámara, su personaje inicia un viaje hacia Almería en 1966, donde John Lennon se encuentra rodando Cómo gané la guerra. Su trayecto respondía no solo a la pasión que Carrión profesaba a The Beatles, sino sobre todo hacia su profesión, la docente, queriendo que el cantante le ayudara en la corrección de sus canciones para poder enseñar mejor inglés a sus pupilos. En la cinta de Trueba, este profesor que escuchaba a los Beatles desde Radio Luxemburgo y que viaja en un Seat 850, es solo un pequeño ejemplo del auténtico fenómeno fan que desató en los años sesenta y setenta el grupo de ingleses más emblemático de la historia de la música.
Imagen de la visita de The Beatles a España recogida por La Vanguardia © 1965. Todos los derechos reservados.
Pero no hablemos únicamente de aquella vez almeriense, sino de otra, acontecida un año antes y en la que el grupo aterrizó en la España para dar dos conciertos memorables. En la Plaza de las Ventas el viernes 2 de julio de 1965 y en la Monumental de Barcelona el sábado 3, los Beatles convulsionaron a una juventud ávida por la propuesta de John, Paul, George y Ringo, cuatro jóvenes desarrapados, insolentes y carismáticos que llegaron a Madrid hace ahora cincuenta años, dando un vuelco al corazón de miles de beatlemaníacos. Conozco precisamente a uno de ellos, también profesor, que por aquel entonces no pudo permitirse el lujo de pagarse una de las entradas (cuyo precio era prohibitivo y que oscilaba, según la localidad, entre las 75 y las 450 pesetas). Como él, muchos otros se quedaron fuera de cualquiera de las dos plazas, intentando que el sonido de los cuatro Caballeros de la Orden del Imperio Británico llegara de refilón, aunque la mala acústica impidiera que ninguno de ellos llegase a escuchar realmente nada. Habían aterrizado el 1 de julio a Barajas y, como bien expresa El amor perjudica seriamente la salud (1996, Manuel Gómez Pereira), lo hicieron para revolucionar a la juventud española. A las 17.40 aquel avión de Air France proveniente de Niza, aterrizó en territorio español siete días después de que el Ministro de Gobernación diera el visto bueno a la entrada del cuarteto con flequillo. Aunque se dice que doscientos fans fueron capaces de colarse en el Hotel Fénix donde se encontraban (entre ellos, en la ficción de Gómez Pereira, la protagonista Penélope Cruz), lo cierto es que el dispositivo policial desplegado no tenía parangón. Al día siguiente, ya en Barcelona, dieron por zanjada su gira europea, permitiendo que el Avenida Palace viera no solo cómo los beatlemaníacos arrollaban literalmente a los músicos, sino también una de las más estruendosas fiestas nocturnas que las habitaciones 109 y 111 del hotel han tenido la ocasión de presenciar.
Imagen de El amor perjudica seriamente la salud © 1996 Bocaboca Producciones, Canal+ España, Canal+. Todos los derechos reservados.
Barriles de vino autografiados, las hermanas Hurtado vestidas de flamencas bailando junto a la banda, toreros intentando retratarse con ellos en sus habitaciones o el conjunto posando con tricornios de la Guardia Civil, son solo algunas de las instantáneas que perdurarán en el imaginario visual de quienes recuerdan con nostalgia la visita de The Beatles a España. Y es que pocos grupos han sido capaces de salir de un submarino amarillo para alimentar un fenómeno fan que nunca se dará por concluido. Suerte que existan profesores de inglés que, con el más puro estilo britpop, seguirán transmitiendo el apasionamiento que solo la música es capaz de infundir, y que el cine nunca se cansará de retratar
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