Título original: The Twilight saga: Breaking dawn – Part 2. AKA: Twlight 5.
Dirección: Bill Condon.
País: EE.UU.
Año: 2012.
Duración: 115 min.
Reparto: Kristen Stewart (Bella Cullen), Robert Pattinson (Edward Cullen), Taylor Lautner (Jacob Black), Peter Facinelli (Dr. Carlisle Cullen), Elizabeth Reaser (Esme Cullen), Ashley Greene (Alice), Dakota Fanning (Jane), Mackenzie Foy (Renesmee), Michael Sheen (Aro), Jamie Campbell Bower (Caius), Nikki Reed (Rosalie), Jackson Rathbone (Jasper Hale), Maggie Grace (Irina), Billy Burke (Charlie Swan), Kellan Lutz (Emmett), Christian Camargo (Eleazar), Rami Malek (Benjamin), Lee Pace (Garrett), Andrea Gabriel (Kebi), Patrick Brennan (Liam)..
Guion: Melissa Rosenberg; basado en la novela de Stephenie Meyer.
Producción: Wyck Godfrey, Stephenie Meyer y Karen Rosenfelt.
Música: Carter Burwell.
Fotografía: Guillermo Navarro.
Montaje: Virginia Katz e Ian Slater.
Distribuidora: Aurum.
Estreno: 16 Noviembre 2012.
Calificación por edades: No recomendada para menores de 12 años.
Las campanas doblan por una de las sagas más rentables de la historia del cine reciente. El amor transfronterizo de Bella y Edward llega a su fin en una quinta entrega con altas dosis de fiasco y contradicción. Las novelas que encumbraran a Stephenie Meyer han conseguido que tres desconocidos, Robert Pattinson, Kristen Stewart y Taylor Lautner, se hayan convertido en el único aliciente de su última versión cinematográfica, lo único que parecen solicitar los millones de fans que se agolpan en las salas de cine de medio mundo para ver las desventuras del amor romántico de estos tres personajes. Y decimos lo único porque resulta incomprensible que a sabiendas de las inflamadas cifras que obtiene la exhibición y distribución de la saga Crepúsculo, no se haya incrementado la calidad de una cinta que peca sin exoneración alguna de un amateurismo sañudo, porque sólo con saña pueden obtenerse unos efectos especiales tan poco cuidados y un resultado tan brutalmente chambón.
Fotograma de La saga Crepúsculo: Amanecer – Parte 2. Distribuida en España por Aurum © 2012 Summit Entertainment. Todos los derechos reservados. |
A pesar de la sobrada pericia de Guillermo Navarro, su director de fotografía, y del cuidado montaje a cargo de Virginia Katz e Ian Slater, de nuevo los efectos especiales alcanzan el total protagonismo de la cinta, quizá mayor que los propios devaneos amorosos de los vampiros, neófitos, humanos y lobos. Narrativamente, Amanecer parte 2 se centra en la última parte de la cuarta novela de Meyer, el momento crítico de la transformación vampírica de Bella (Stewart) y el parto y primeros tiempos de su hija Renesmee (Mackenzie Foy). La vida de la familia Cullen, y la de Edward (Pattinson) en particular, parece transcurrir con tranquilidad desde el parto de la niña. La pequeña Renesmee crece a una inusitada velocidad y los poderes especiales de Bella, entre ellos su capacidad de escudarse ante el dolor, se desarrollan con cadencia pausada y total normalidad. Arreglados los problemas con Charlie (Billy Burke), desconsolado padre de Bella, y aceptado el hecho de que Jacob (Lautner) se ha “imprimado” con Renesmee, nada parece prever que la inesperada visita de Irina (Maggie Grace), les traería un inevitable conflicto con los Volturi, quienes son alertados por error de la existencia de una niña inmortal, a quien deberán destruir para asegurar el equilibrio vampírico allende los mares.
Fotograma de La saga Crepúsculo: Amanecer – Parte 2. Distribuida en España por Aurum © 2012 Summit Entertainment. Todos los derechos reservados. |
A partir de entonces comenzará una carrera por convencer al universo de los Volturi de que Renesmee es mortal, a pesar de haber resultado de la unión de un vampiro y una humana. Para ello se valdrán de los contactos que los Cullen, Jacob y la neófita tienen cada uno en un paraje perdido del mundo, lo que reunirá en la misma mansión a personas provenientes de los más recónditos espacios del planeta. Con un conflicto abierto, las pasiones desatadas y una familia que se niega a admitir que c’est la guerre, la cinta finaliza de un modo que consigue arrebatar del inframundo un resultado aprobado con interrogación. Es más, su final redentor a siete minutos del desenlace sirve para exonerar a un Bill Condon que ha visto trabajos mejor rematados, y que consiguió merecida veneración con títulos ya emblemáticos como Dioses y monstruos (1998).
No obstante, a pesar de la carga dramática y también tranquilizadora de esos últimos minutos, no se puede pasar por alto un hecho que marcamos y remarcamos hasta la saciedad desde la primera entrega, y es que los espectadores merecen un resultado mucho mejor por una saga que mueve tantos millones de dólares. Que los espectadores acudirán a las salas a pesar de los pesares, lo reconocemos; que Pattinson y Stewart atraen a incondicionales que serán capaces de perdonar lo imperdonable; es cierto; que después de tantas cintas ésta última no iba a perder su esencia, de acuerdo. Lo que no es justificable, y nunca debería serlo, es que se ofrezca calidad casi de serie televisiva de los años noventa para una película que se presenta como un puntal de la cinematografía new age. Los ramplones diseños visuales, la práctica copy and paste que han realizado con las facciones de la pequeña Renesmee, los efectos sonoros chabacanos de pelea y lucha superables incluso por los de la radiofónica La guerra de los mundos (1938), dan como resultado una amalgama de retazos tan sólo hilvanados que parecen no haber sido ni vistos ni supervisados por sus correspondientes responsables. Escandaliza que en una película en la que cada uno de los actores principales ha cobrado 33 millones de euros, no se haya podido contratar a quienes hicieran desaparecer los pespuntes y los hilos que sólo tienen sentido entre bastidores.
Fotograma de La saga Crepúsculo: Amanecer – Parte 2. Distribuida en España por Aurum © 2012 Summit Entertainment. Todos los derechos reservados. |
Una película que han denominado épica sin serlo, que seguramente ha subido la categoría interpretativa de otras entregas, sin tan siquiera proponérselo, y que a buen seguro conseguirá millones de taquilla, sin tampoco merecerlo.
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