Más se aprende sobre las personas actuando con ellas una hora
que conversando un año
Platón

nada que declararQueridos amigos de Todo es cine:

Es un placer volver a ponerme en contacto con todos vosotros. En este mes de febrero, mes del amor, nos dedicaremos a nuestro San Valentín, y para recordar el “amor”, emplearemos dos películas que nos harán pasar un buen rato, la primera de ellas Tú la letra y yo la música (2007, Marc Lawrence). Se trata de una historia en la que una chica despistada, Sophie Fisher (Drew Barrymore) entra en la vida de Alex Fletcher (Hugh Grant), para hacerse cargo de regar las flores de su apartamento. Esto les lleva a conocerse, cada uno con sus manías y sus miedos, algo que les hace interesantes, y uno y otro empiezan a sentirse atraídos por la vida del contrario. Sophie es una chica universitaria con poca suerte y muchas inseguridades, que arrastra un amor sin resultados con un profesor, quien hace un libro en el que ella sale mal parada. Alex es un hombre ya entradito en la madurez que sigue usando sus dotes de juventud, que una vez en los noventa le hicieron ser un cantante de éxito, aunque ahora parezca patético, intentando emular otra época y otra historia. Juntos trabajan para Cora Corman, una cantante jovencísima y a la última que quiere dar a su fulgurante carrera un toque de romanticismo. Sophie y Alex ponen todo su potencial, ella buena en la rima y él bueno en la música; intentando que el trabajo duro y el conocer sus respectivas vidas les lleve al triunfo. Y lo consiguen. Juntos hacen una canción maravillosa que engatusa a las nuevas generaciones. Llega entonces el éxito profesional y con él el personal, ya que se enamoraron a la par que trabajaban unidos.

La película es muy cómica, tiene aires de pasado y suena muy bien por su magnífica banda sonora, pero ese pasado, su estética y sus estilismos, realmente dejan mucho que desear. Os gustará y hará que paséis unos momentos de carcajada y de recordatorio, tanto a los que no conocisteis la época como a los que la han vivido.

Nada que declarar

Imagen de Nada que declarar, película distribuida en España por Wanda Visión © 2010 Pathé, Les Productions du Ch’timi, TF1 Fillms Production y Scope Pictures. Todos los derechos reservados.

Nada que declarar (2010, Dany Bonn), es una película franco-belga que, al estilo de Amelié, nos lleva a una aduana entre Bélgica y Francia y a sus problemas fronterizos, los cuales se entremezclan con las ideas de Ruben (Benoît Poelvoorde), su personaje central. Ruben es extremadamente etnofóbico, y su ideología muy marcada y estereotipada nos deja ver lo ridículo de las exposiciones que le hace al compañero del otro lado de la frontera, el francés Mathias (el propio Bonn), quien a su vez sale con la hermana de Ruben, Irène (Karin Virad), pero no se atreven a confesárselo, sobre todo ella, pues sabe de la intransigencia de su familia, de sus padres y hermano, lo que le hace presagiar una tragedia al estilo de Romeo y Julieta. Mathias intenta ganarse a su cuñado belga yendo a trabajar con él, los dos juntos; cuando por fin se gane su confianza, le contará que está enamorado de una mujer cuya familia no le quiere pues es diferente; Ruben se enojará por no entender cómo puede pasar algo semejante, sin saber que él y sus ideas son las verdaderas “fronteras” de su felicidad. En un tono cómico burlesco y hasta grotesco, se hace una reflexión importante, que entre buenos y malos, entre risas y disparates, te harán pasar un rato agradable.

Espero que os guste la propuesta y que paséis un feliz San Valentín, con pareja o sin ella; pero entendiendo que en los dos casos, conocer a las personas, como ya anunciaba Platón hace muchos años, estar a su lado, saber cómo se desenvuelven, conocer de verdad a los demás, nos enseña que no somos tan diferentes, y que podemos tener mucho en común, y eso es lo más importante. Démonos una oportunidad, busquemos dentro de las personas que conocemos y a lo mejor descubrimos que hay más cosas entre nosotros de las que parece. Se conoce más a una persona actuando con ella, que conversando un año.

Con todo cariño, feliz san Valentín desde la Mecedora.

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