Título original: The Post
Dirección: Steven Spielberg
Guion: Liz Hannah, Josh Singer
Música: John Williams
Fotografía: Janusz Kaminski
Reparto: Meryl Streep, Tom Hanks, Sarah Paulson, Jesse Plemons, Bob Odenkirk, Matthew Rhys, Michael Stuhlbarg, Alison Brie, Carrie Coon, David Cross, Bruce Greenwood, Tracy Letts, Bradley Whitford, Zack Woods
Producción: Amblin Entertainment, DreamWorks SKG, Pascal Pictures, Participant Media.
Año: 2017
Duración: 116 minutos.
País: Estados Unidos
Distribución: eOne Films Spain.
Estreno en España: 19 de enero de 2018.
La prensa es la encargada de dar testimonio de la historia, de ser la avanzadilla de un mundo que está por venir. Al igual que el periodismo adelanta lo que el mundo será, el cine manifiesta lo que un día fue, un mundo que inexcusablemente debemos revisar y comprender. Steven Spielberg no es nuevo en esto del cine, todo lo contrario, y así lo demuestra con una película valiente y cargada de intencionalidad ética y filosófica, en la que cada fotograma exuda maestría por cada uno de sus poros. Solo los tres primeros minutos de metraje ya justifican el prestigio inconmensurable de Spielberg y su minuciosidad a la hora de acometer una producción, sea esta de la naturaleza que sea. En Los archivos del Pentágono volvemos a encontrar al cineasta más rompedor, a aquel que se jacta de crear cada película como la primera, intentando que parezca creada por un nuevo director.
Y lo consigue, claro que lo consigue, porque sus tablas le han enseñado que, a veces, nada hay más iconoclasta que volver a lo clásico. Con The Post el director de Cincinnati hace su incursión tardía en el mundo del periodismo, extraña demora siendo el cine clásico tan proclive a habitar en las redacciones de la prensa. La verdad jamás envejece, sostiene Spielberg, y la gesta de The Washington Post tampoco, y por ello él ha decidido hacer de la historia, su historia.
En 1966, en pleno conflicto bélico en Vietnam, un ojeador descubre lo que muchos imaginaban, que la contienda es un absoluto fracaso y las expectativas de salir airosos del país asiático nulas. Años después, en 1971, el diario The Washington Post, de carácter local, se encuentra en manos de Katherine Graham (Meryl Streep), quien hereda el cargo del que fuera su marido, fallecido años atrás. Para evitar la ruina, Graham permite que el Post cotice en bolsa, haciendo depender su supervivencia de los accionistas y de sus grupos de interés, eminentemente financieros. Cualquier paso en falso puede llevar a la quiebra del periódico y a la ruina familiar. Con pies de plomo, y mucho grado de pusilanimidad impuesta, Katherine gestiona su empresa a nivel empresarial, mientras el director Ben Bradlee (Tom Hanks) lo hace a nivel editorial. El tándem funciona en equilibrio inestable hasta que los papeles del Pentágono llegan a manos de un redactor del Post. Clasificados como de alto secreto, los documentos habían ido escapando uno a uno del Pentágono, para ser copiados y difundidos entre los medios de comunicación, a pesar del retroceso contextual de la prensa escrita.
Es entonces cuando Katherine tendrá que dirimir si la seguridad de un mundo confortable tiene mayor peso que la defensa de la libertad de expresión, un derecho vulnerado por la administración de Nixon que ha llevado a The New York Times ante la corte suprema. La ingente cantidad de fallecidos en Vietnam y el dilema ético que supone poner al gobierno en contra de sus intereses, llevarán a la directora del periódico a tomar la decisión más importante de su vida profesional.
Soberbia cinta de Spielberg, en ella se siente el palpitar de un director cuyo espíritu ha trascendido el Nuevo Hollywood para adentrarse, por la puerta grande, en el clasicismo hollywoodiense. En lugar de emular a sus antecesores y formular una revisión personalizada de Todos los hombres del Presidente (1976, Alan J. Pakula), Spielberg da un paso más allá, proponiendo una película a todos los efectos clásica, eso sí, con todos los avances visuales y técnicos a su alcance. El efectivo montaje de Sarah Broshar y Michael Kahn, unido a la fotografía de Janusz Kaminski, nos retrotraen a la estética y a los usos artísticos de los años retratados, con sus zoom característicos, sus entornos urbanos, su ritmo y su tensión. Spielberg no ha situado su cinta en la década de los setenta, por el contrario nos ofrece una porción de aquellos años, entregándonos con frescura, acierto y, sobre todo, verosimilitud una realidad sin rodeos ni trucajes. La frescura del guion, sus guiños y su reflexión tensa, hacen de la película una cita ineludible con el mejor arte cinematográfico.
Después de llevar décadas enfrascada en el estudio del periodismo y del cine, nada hay más alentador para mí que descubrir que los grandes cineastas se pliegan ante un género que, necesariamente, seguirá vivo por mucho tiempo. Incluso si no se es especialmente amante de las tramas periodísticas, las interpretaciones del tándem Streep-Hanks justifican, y de manera sobrada, el precio de una entrada.
No se la pierdan, es una pieza clave de la historia.
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