Título original: Српски филм / Srpski film
Dirección: Srđan Spasojević
País: Serbia.
Año: 2010.
Duración: 110 min.
Género: Drama.
Reparto: Sergej Trifunović, SrdanTrifunović
Guión: Aleksandar Radivojević, Srđan Spasojević, Marija Stanošević
Producción: Dragoljub Vojnov, Srdan Spasojević
Musica: Sky Wikluh
Montaje: Darko Simic
Fotografía: Nemanja Jovanov
Estreno en España: -.
Cuando leí en un periódico de tirada nacional que un juzgado español había paralizado la proyección de “A Serbian Film” en la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián, no pude más que alegrarme por todos aquellos que no tuvieron que sufrir por esta cinta…
En este film serbio se nos presenta la historia de Milos, un ¿feliz? padre de familia que echa de menos todo lo que dejó atrás en su antigua ocupación. Y es que nuestro protagonista fue una de las grandes estrellas del cine pornográfico, pero de todo aquello sólo le quedan el recuerdo en sus películas y una inagotable curiosidad… En lo que para él parece una perfecta rutina, de repente, algo consigue desestibilizar todo lo construido: de nuevo recibe una oferta para regresar a la pornografía.
Tras considerar la más que generosa oferta, decide participar en un proyecto que va más allá del género pornográfico, un proyecto que en palabras del director es sencillamente “arte”, algo nunca visto. Para desgracia de Milos, una vez que descubra hasta dónde llegan las pretensiones artísticas será demasiado tarde para poder evitar continuar con una grabación que acabará por destruir todo lo que era.
Pese a las enormes críticas que ha conseguido la película por su descripción tan explícita en escenas de máxima violencia o sexualidad – llega a mostrar una extrema pederastia -, ha recibido el apoyo de un sector del público y crítica que aboga por acabar con la censura aplicada sobre la cinta.
En palabras del director, Srđan Spasojević, la película trata de la “descripción honesta y firme de las turbulencias políticas y emocionales que rigen la vida en Serbia desde hace dos décadas de guerras y transición», siendo su principal objetivo el «fusionar esa ambición con el deseo de hacer una película filosófica, de confrontación, que trascendiese el mero retrato». Debido a lo espantoso de ciertas escenas, el trabajo de fotografía y guión quedan indudablemente relegados, haciendo que la idea que subyace en su historia pierda toda su contextualización.
No creo que sea necesario un ejercicio tan desagradable para reflejar el daño que haya podido sufrir la población serbia en los últimos años. La mayor parte de las escenas son prescindibles, no hay nada en el objetivo que se perseguía que justifique lo expuesto en la película, nada que haga válido el tratamiento que se hace de la violencia y el sexo.
Una película que estaría vetada en la mayoría de estanterías de sex-shops consigue un reconocimiento internacional… ¿qué nos está pasando? Tras la actuación de la Justicia Española, la cinta ha recibido el Premio Especial del Público, “por convertirse sin ser proyectada en símbolo de la libertad de expresión”…
¡Cómo se nota que no pudieron verla!…
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