Los superhéroes son personajes casi indestructibles con poderes sobrenaturales, existiendo en su entorno muy pocas cosas que puedan ponerlos en jaque y frenar su fuerza. Son superiores a los humanos y aunque se mezclan con ellos no son de la misma especie, tienen una procedencia diferente o han mutado genéticamente. Sin embargo, así como sus predecesores, los héroes de la mitología griega, se zambullen en nuestro mundo infiltrándose entre nosotros para protegernos del mal. Un mal que en muchas ocasiones también es sobrenatural y por ello no podemos, ¡oh! pobres mortales, luchar contra él. De entre todo este universo repleto de seres mágicos, hay uno que sí pertenece a nuestra raza. Carente de superpoderes se las ha ingeniado para hacerse con múltiples artilugios que le ayuden en su lucha contra el mal. Él es Batman, un rico justiciero que viste de negro y vive en una ciudad de estética gótica, Gotham.
Imagen de Batman 1989 © Warner Bros, Guber-Peters Company,PolyGram Filmed Entertainment. Distribuida en España por Warner España S.A. Todos los derechos reservados.
En cine, Burton y Nolan, realizaron una acertada exposición del personaje. Lo separaron de su fiel “escudero” Robin, acompañante que retomaría la desafortunada visión de Joel Schumacher, quien cogió el testigo de la gloriosa estela de Tim Burton y que lo llevaría al momento cinematográfico más bajo del héroe. Por suerte, Nolan lo reviviría retornándolo a un punto álgido en una muy oscura revisión. Una trilogía imprescindible.
La primera versión cinematográfica fue la colorista visión del superhéroe en 1966, en la que viste sus mallas grises. Fue idea del propio Tim Burton cambiar su uniforme por otro rigurosamente negro, al igual que el elegir a Michael Keaton para darle vida. La cinta de la Warner fue estrenada en 1989, conmemorando el medio siglo de la creación del superhéroe que Bob Kane realizó para DC Comics. Con ello Burton demostró el gran acierto al apostar por Keaton, quien convenció a los más escépticos con su personal interpretación, pues nadie como él, un actor tan polifacético y de su categoría, como para representar a un héroe de mirada penetrante y semblante taciturno, apesadumbrado por el asesinato de sus padres, a manos de Joker, que presenció siendo un niño y que aún en la madurez de su vida lo atormenta.
Imagen de Batman 1989 © Warner Bros, Guber-Peters Company,PolyGram Filmed Entertainment. Distribuida en España por Warner España S.A. Todos los derechos reservados.
La oscuridad del personaje se ve reforzada por su partenaire, Gotham City, la cual tiene protagonismo propio gracias a los decorados realizados por otro amigo del director, Anton Furst, premiados con un Oscar, y que reflejan el gusto del realizador por el expresionismo y la estética gótica. Una ciudad inquietante en la que se esconden tanto Batman como su antagonista, el villano Joker, un alabado Jack Nicholson quien logró eclipsar con su inolvidable actuación y humor negro al propio protagonista. Ambos personajes no habrían existido el uno sin el otro, pues sin el asesinato de los padres del héroe cometido por el cruel Jack Napier, Bruce Wayne no sería Batman, y a su vez sin éste, Jack no se habría convertido en el Joker, al no haber caído en el ácido que lo transformó en esa mezcla de asesino en serie y payaso histriónico.
Pero además de estos dos personajes, multitud de ciudadanos habitan en el caos de Gotham. Y serán víctimas de su propia avaricia en un desfile callejero que el Joker realiza a ritmo de Prince, de quien se tomaron algunos temas. La banda sonora principal corrió a cargo de Danny Elfman, colaborador habitual del director, con una música muy acertada y aún recordada. Las dos películas que Burton realizó del superhéroe y a las que les puso su habitual sello personal e inconfundible fueron todo un acierto. Batman retomaría la gloria, cinematográficamente hablando, a manos de Nolan y su trilogía repleta de efectos especiales, poniendo el listón muy alto a una nueva oleada de cintas basadas en cómics con, salvo contadas excepciones, escasa calidad.
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