Sin haber conocido la miseria es imposible valorar el lujo
Charles Chaplin
Queridos amigos de Todo es cine:
Es un placer volver a ponerme en contacto con vosotros, entramos en una nueva estación –el otoño-, y con ella vuelve la vuelta al cole, a los estudios y al trabajo, es decir, a la rutina. Pero hay algo que también nos podemos encontrar, y es que después de las vacaciones, al regresar al hogar, nos puede ocurrir lo que a los buenos amigos de la película Los Blandings ya tienen casa (1948), dirigida por H. C. Potter.
La historia es divertida, con grandes gags, y la interpretación de Cary Grant, con esas formas de hablar sin palabras, es todo un espectáculo. Esta familia, compuesta por Jim (Grant) y Muriel (Myrna Loy), vive en un coqueto apartamento en Nueva York, y tiene dos hijas preadolescentes; todo va muy bien, excepto el espacio: les falta por todos los lados. Muriel quiere hacer reformas para poder atender a esas necesidades, y llama al abogado y amigo de la familia (Melvyn Douglas). A Jim le parece excesivo el dinero que se va a ir en obras, así que empieza a recordar sus antiguas ilusiones de poder tener una casa en las afueras, con jardín y armarios, espacio para él, espacio para ella… Y empieza a soñar. Todo esto les lleva a una “ganga” donde encuentran que además de irse el dinero, se va su matrimonio. Es divertida y seguro que os hará disfrutar.
Otros amigos que sufren iguales calamidades son los protagonistas de un remake de la anterior, Esta casa es una ruina (1986, Richard Benjamin), interpretada por Tom Hanks y Shelley Long. En ella cambia un poco la fisonomía de la década. La chica, Anna, no es ama de casa, sino una divorciada con un trabajo artístico, es violinista. Junto a su novio, Walter, vive en la casa que compartía con su antigua pareja, Max (Alexander Gudonov), quien además es el director de la orquesta en la que ella trabaja. Max les “invita” a desalojar la casa que ocupan, y se ven en la disyuntiva de buscar un hogar. Con lo idílico de la idea de una casa en las afueras, encuentran otra “ganga” que no pueden perderse, así que buscan el dinero y a la aventura. Esta aventura nos hará vivir momentos de muchas risas y carcajadas, no puede a una persona pasarle tantas calamidades en tan poco tiempo.
Todo pende de un hilo, lo primero su relación. La casa ya ha pasado a un segundo plano. Seguro que os gustará, no por eso vayamos a dejar de arreglar las cosas que queremos hacer, seguro que algún arreglillo habrá que hacer al volver a casa. Espero que os salga todo de maravilla, y ya sabéis que para “disfrutar”, hay que pasar por las “obras”.
Con todo el cariño.
Feliz octubre desde la Mecedora.
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