Reza como si todo dependiera de Dios;
pero trabaja como si todo dependiera de ti
Francis J. Pellman
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a estar con todos vosotros. Como todos los meses, tenemos un especial, y éste nos ha tocado comentar un género que tuvo un gran auge en su momento, y que hoy retomamos. He escogido Solo ante el peligro (1952, Fred Zinnemann).
Imagen de Solo ante el peligro © 1952, Stanley Krammer Productions. Distribuida en España por Avalon. Todos los derechos reservados.
La historia nos lleva al Oeste americano, donde Will Kane (Gary Gooper), es sheriff y acaba de casarse con Amy (Grace Nelly). Juntos viven en un pequeño y tranquilo pueblo donde pretenden abrir un negocio para empezar su nueva vida. Pero el destino les tiene jugada una pasada. Frank Miller, un antiguo conocido de Will, que él mismo había metido en la cárcel, llega en el tren del medio día a ajustar cuentas con él. Las horas van dando y sola la pareja va viendo que nadie se acerca a ellos, que será Will quien en soledad tendrá que emprender una aventura de la cual vosotros seréis protagonistas.
Imagen de Solo ante el peligro © 1952, Stanley Krammer Productions. Distribuida en España por Avalon. Todos los derechos reservados.
La película es todo un clásico, para los amantes del séptimo arte, seguro que ya la habéis visto, para los que empezáis, os la aconsejo. Esta cinta se ha llevado cuatro Oscar, a Mejor actor, Mejor montaje, Mejor banda sonora y Mejor canción. Pero la historia nos puede dar juego para muchas cosas más. Cuántas veces la vida, y aunque hayas ayudado a mucha gente, te ha dejado en un momento solo ante el peligro. Pero no debemos huir, la cuestión es afrontarlo, tal como nosotros podamos, siempre habrá algo o alguien que nos espere; en este caso, Will tenía a Amy, su mujer.
Pero siempre prepárate para las situaciones en las que la vida te deja solo. Por eso, y como dice la máxima: reza como si todo dependiera de Dios, pero trabaja como si todo dependiera de ti.
Con todo el cariño, desde Todo Es Cine.
La Mecedora
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