Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces,
entonces estás peor que antes.
Confucio
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a estar con todos vosotros. Hoy voy a comentar una película que, independientemente de ser un cuento de hadas con castillo incluido, puede hacer que reflexionemos acerca de un mensaje que deja entrever a través de su historia. Se trata de La boda de mi novia (2008, Paul Weiland). Todo comienza una noche de Halloween hace diez años, cuando Tom (Patrick Dempsey), un chico guapo al que le gustan mucho las chicas, se equivoca al entrar en la habitación de la persona con la que había quedado, Monica, sin saber que ella no está allí sino Hannah (Michelle Monaghan), su compañera de habitación. A partir de ese momento Tom y Hannah se vuelven verdaderos amigos, ella es la confidente idónea para que él pueda hablar de sus conquistas.
Imagen de “La boda de mi novia». © Copyright 2008 Columbia Pictures, Relativity Media y Original FIlm. Fotos por Peter Iovino y Giles Keyte. Distribuida en España por Sony Pictures Releasing de España. Todos los derechos reservados |
Según pasa el tiempo, Hannah siente que ya no es tan niña y quiere algo más de esa relación; viendo que Tom no se decide, se marcha a Escocia por trabajo y allí encuentra la solución a su mal de amores, Colin (Kevin McKidd), un chico que parece tenerlo todo. Antes de que Hannah regrese a Nueva York, Colin le pide matrimonio, por lo que Hannah decide pedirle a Tom que sea su principal dama de honor en su boda, ya que nadie la conoce tanto como él.
En vista de que va a perder a Hannah, Tom intenta volver a conquistarla, hasta sus amigos se vuelven sus cómplices. Pero parece que no puede hacer nada para lograrlo. Así sigue intentándolo hasta el final, un desenlace obvio pero que tenéis que descubrir vosotros.
Imagen de “La boda de mi novia». © Copyright 2008 Columbia Pictures, Relativity Media y Original FIlm. Fotos por Peter Iovino y Giles Keyte. Distribuida en España por Sony Pictures Releasing de España. Todos los derechos reservados |
Aquí está la reflexión. Cuántas veces tenemos delante de nosotros a la persona adecuada, y por lo mismo no vemos lo importante que es en nuestra vida; a menudo nos quejamos de cosas que luego, si nos faltan, añoramos. Centrémonos en la película y veamos qué pasa cuando alguien ama a otra persona y no tiene necesidad de nada más. Sabe que tiene cerca y para siempre a la otra parte, y no se da cuenta de lo importante que es en su vida; con frecuencia poco de examen de conciencia y ver al otro sin necesidad de que se tenga que marchar, nos ayudaría a llevar una vida más feliz y tranquila.
No obstante, si nos damos cuenta y no es tarde, tenemos una nueva oportunidad para cambiar, ya que como dice la máxima, si sabemos lo que hay que hacer, ya tenemos mucho hecho.
Con todo el cariño, desde la Mecedora.
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