La pequeña butaca se estrena con la que es, para muchos que mediamos no más de metro y medio, una joya de Disney: La Bella y la Bestia. Vamos a intentar mirar la pantalla no sólo como adultos, sino también como aquello que fuimos; mirar con ojos de niño, con una mirada más pura, más simple y llena de matices que perdemos con el paso de los años y que algunas personas mantenemos como Peter Pan.
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La Bella y la Bestia llegó a nuestros cines en 1991 con guión de Linda Woolverton; esta versión de Cupido y Psique de El Asno de oro es una de las dos películas animadas de la historia nominada al Óscar a la mejor película, además de ganar el de mejor canción original y mejor banda sonora con música de Alan Menken y canciones de Howard Ashman; sin duda una pequeña gran obra de arte del cine animado.
Cuando uno se pone a ver está película se abre ante nuestros ojos el mundo de los sentimientos, de como una niña comienza a crecer y a convertirse en una mujer bellísima; y como su amor es capaz se neutralizar lo que representa Bestia, la brutalidad. Todas hubiéramos querido ser Bella guapa, dulce y amorosa, además de ser una magnífica cantante, y tener un padre entregadísimo, nunca ve obstáculos en su camino y consigue ver más allá de la apariencia de Bestia, preso de una horrible maldición, dentro del cual se esconde un hombre de gran corazón, como dice la canción «La belleza está en el corazón»; es una pena que cuando crecemos nos olvidamos de ello. Pero sin duda alguna lo que se queda en nuestras retinas es toda la Corte de Bestia, que también había caído en el maleficio: la señora Tetera, el mayordomo candelabro, el reloj de cuco…..; ellos sin lugar a dudas son una de las piezas claves del éxito entre los peques, actuando como pequeñas hadas madrinas. Pero cuando el arrogante Gastón se entera del acercamiento entre ambos, decide acabar con él al más puro estilo Fuente ovejuna todos a una y gracias a la perfecta Bella el brete acaba con el fin de la maldición para todos, y por supuesto el amor entre Bella y Bestia, ya convertido en el hombre ideal, triunfa sobre todo y todos, «…un mundo ideal…”.
Sin duda es una pequeña gran obra de arte, no puedo pasar por alto su maravillosa banda sonora… cuantas veces se habrá cantado su tema central… Millones. Sin palabras para expresar todo lo que esta película transmite y transmitirá en la pequeña butaca.
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