Los seres humanos no nacen para siempre el día que sus madres los alumbraron, sino que la vida les obliga a parirse a sí mismos una y otra vez.
Gabriel García Márquez
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer estar con todos vosotros. Comenzamos un nuevo mes y, con él, reflexionamos sobre una nueva película. Hoy os voy a hablar de Cuento de Navidad (1983, Burny Mattinson), versión cinematográfica de Disney basada en la novela homónima A Christmas Carol (1843) de Charles Dickens.
La historia nos lleva a una ciudad donde conocemos a Ebenezer Scrooge McDuck, prestamista que solo es feliz acumulando dinero. Las personas que le rodean preparan la Navidad, las calles se llenan de gente sonriendo, felices, que se felicitan y se saludan, pero él, amargado, deja tras de sí una triste sensación. Él en sí mismo es esa sensación.
A sus órdenes trabaja Bob Cratchit (Mickey), un hombre amable, padre de familia, a quien le esperan en su humilde casa para celebrar la Nochebuena. Pero Scrooge insiste en que termine su trabajo para tenerle a su servicio.
Cuando Scrooge regresa a su mansión, tan grande, fría y tétrica como él, se echa en su cama. Es allí donde se presenta su antiguo socio, quien le explica, ya en forma de fantasma, que la vida no debe perderse así, anunciándole que esa noche recibirá tres visitas. Cuando el fantasma se marcha, Scrooge, sudoroso a pesar del frío, no se cree lo que ha sucedido, regresando a la cama.
Pero la visita del espíritu de la Navidad pasada hace su aparición, enseñándole todas las oportunidades que tuvo para cambiar, para ser feliz y para vivir. Pero ni siquiera con esa información Scrooge cambia su forma de pensar.
Vuelve a tener otra visita, esta vez del espíritu de la Navidad presente, quien le enseña lo que en estos momentos está pasando. Le lleva a la casa de Bob, donde, pese al poco dinero y a las pocas cosas que tienen, comparten la alegría de estar juntos con su pequeño hijo Tim, muy enfermo. A pesar de todo, Bob y los suyos cantan de felicidad.
Cuando regresa a su casa, Scrooge todavía recibe la visita del fantasma de la Navidad futura. La historia sigue y es para vosotros.
El Cuento de Navidad de Dickens, que tantas veces hemos escuchado y del que ha habido muchas versiones cinematográficas, es especialmente interesante en el caso de Disney, porque más que nunca está en boga.
Cuántas veces hemos recordado nuestro pasado, la infancia, la vida, pero eso se queda en nuestro equipaje y formará parte de quiénes somos. Es el presente en el que tenemos que poner ímpetu, ya que el futuro dependerá de lo que hagamos hoy.
Al levantarnos y observar el día, a pesar de todas las cosas con las que hay que lidiar, debemos ser conscientes de que este es nuestro día, el nuestro. Porque, como reza la máxima, los seres humanos no nacen para siempre el día que sus madres los alumbran, sino que la vida obliga a parirse a sí mismos una y otra vez.
Con todo el cariño, feliz noviembre desde La Mecedora.
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