Tener a alguien con quien compartir reduce las penas a la mitad y dobla las alegrías.
Mark Twain
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a estar con todos vosotros. Hoy os voy a hablar de una película emblemática, Lost in Translation (2003, Sofia Coppola).
La historia nos lleva a Tokio a donde Bob (Bill Murray) viaja para rodar un spot publicitario. Llega admirando esa gran ciudad y observando sus carteles luminosos. En el hotel, todas las personas a su servicio le hacen reverencias, todo parece perfecto, pero al llegar la noche, las vueltas entre las almohadas no cesan y las horas se suceden sin que llegue el sueño.
Cerca de su habitación, en el mismo hotel, se encuentra Charlotte (Scarlett Johansson), una joven mujer casada con un fotógrafo (Giovanni Ribisi) que también ha ido a Tokio por cuestiones de trabajo. Su marido está haciendo reportajes fotográficos y deja a Charlotte todo el día sola en una habitación y en una ciudad que se le hacen enormes. Sus noches, al igual que las de Bob, son un continuo dar vueltas y vueltas esperando la llegada del día.
Cada uno en su quehacer se enfrenta al día a día; Bob sale a los estudios a trabajar, sabiendo que es un hombre con la crisis de los cincuenta, al que la soledad se le hace más pesada y triste. Charlotte llora tras largos paseos visitando templos y viendo las diversiones que otras personas viven, pero nada le llama la atención.
Una noche, ambos coinciden en el un bar, escuchando a una bella mujer cantando; uno y otra se ven y, aunque Charlotte está con su marido y gente del trabajo, se queda mirando a Bob. La vida les vuelve a reunir una noche en el bar del hotel, donde comienzan a contarse lo que le sucede a cada uno.
Un fin de semana, el marido de Charlotte debe irse fuer a trabajar y no vuelve en dos días; Charlotte y Bob descubren la ciudad con otros ojos, y disfrutan de la compañía mutua que se ofrecen. Pero eso queda para vosotros.
Lost in Translation es una película que hace pensar en la gran cantidad de veces que el ser humano se siente solo, a pesar de estar rodeado de muchísima gente. Somos seres sociales y no podemos entender el mundo de otra manera. Necesitamos personas, a amigos, a la gente que nos escucha y con los que podemos disfrutar en compañía.
En estos momentos difíciles que todos estamos pasando, todavía se entiende más el mensaje de Lost in Translation y, aunque se a través de estas páginas o de las llamadas de los nuestros, es importante saber que tener a alguien con quien compartir reduce las penas a la mitad y dobla las alegrías.
Feliz noviembre, os deseo con todo el cariño desde La Mecedora.
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