Cuanto más se dividen los obstáculos, son más fáciles de vencer.
Concepción Arenal
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer estar con todos vosotros. Se va terminando el mes de noviembre y, para recibir diciembre os voy a hablar de una película titulada Tres fugitivos (1989, Francis Veber), remake estadounidense de la película francesa Dos fugitivos (1987) del mismo director.
La trama nos lleva a un banco, en él dos hombres y un destino (muy cinematográfico) se encuentran. Lucas (Nick Nolte) sale de prisión y le ofrecen un cheque para empezar esa nueva vida que tanto está deseando. Ned (Martin Short) es un hombre desesperado, ha perdido su trabajo, hace dos años de la muerte de su mujer y, desde entonces, su hija no ha pronunciado una palabra, necesitando de un colegio especial y cuidados profesionales. Todo esto supone mucho más dinero del que Ned tiene y él, al verse desprotegido en su intento de ir hacia delante, tiene la idea de atracar el banco en el que se encuentra Lucas.
Como es un pobre hombre que nunca se ha visto en una situación semejante, en su huida se lleva de rehén a Lucas, hiriéndole de bala en una pierna. Ante la situación, le lleva a un veterinario para que le salve, un hombre con demencia que ve en Lucas un gran perro y le trata como tal, incluyendo darle comida para mascotas. Mientras, Ned va a recoger a su pequeña Meg, desea huir a Canadá con ella para empezar una nueva vida allí, pues sin trabajo y sin dinero, en poco tiempo los servicios sociales le quitarán a la niña. Se va a buscar los papeles para cruzar la frontera, que unos amigos de Lucas le van a proporcionar, pero no es así.
Poco a poco los dos hombres se ven inmersos en una aventura de la que es testigo una pequeña niña de ojos grandes, que los mira y que les ofrece la mano. Junto con Lucas, es la primera vez que podrá hablar, pero el resto de la historia es para vosotros.
Tres fugitivos es una comedia de acción y de enredos seguro que os gustará y os animará. Una de las lecturas que se puede sacar de ella es la gran importancia que tiene la ‘tribu’. Nuestra filogenia ha podido hacer de nosotros lo que somos gracias a ella; nos hemos necesitado, nadie podría haber cerrado un hueso roto si otros humanos no le hubieran cuidado. Sin la caza, sin la pesca, el alimento no llegaría a esa tribu. Y, aunque ahora estemos en otro tipo de sociedad, la necesidad social del ser humano sigue siendo la misma. Nos necesitamos.
Por eso Meg necesitaba a su padre, pero también a Lucas, por eso cuanto más se dividen los obstáculos son más fáciles de vencer.
Con todo el cariño en estos momentos, feliz mes de diciembre para todos desde La Mecedora.
Deja un comentario