Octubre habitualmente era el mes que exclusivamente se dedicaba al terror pero el sentimiento a que algo horrible suceda se ha convertido en una constante en nuestras vidas. Pese a todo, Halloween ya está aquí y como buena fiesta que es hay que celebrarla a su tradicional manera: pasando miedo del que nos gusta, ese que acontece mientras estamos sentados en la butaca expectantes ante una buena película de terror.
Un género que en la actualidad tiende más al gore que al tradicional de antecedentes literarios el de fantasmas y casas encantadas, una forma sencilla pero efectiva de llevar el terror a un lugar que en teoría se tiene como seguro.
En 1980, John Carpenter dirigió La niebla donde los fantasmas centenarios de unos piratas atemorizan a todo un pueblo costero en vísperas de su aniversario. Carpenter no se limitó a un hogar habitado por unos espectros, lo que hizo fue llevar a los muertos a un pueblo entero, haciéndolos avanzar transportados por una espesa niebla la cual también los esconde.
Al generalizar el elemento en el que se mueven las ánimas el director a su vez amplía las posibilidades de aterrorizar a un mayor número de espectadores ya que la niebla y la invisibilidad que provoca con su densidad es ya de por sí, sin fantasmas, inquietante, a ello hay que sumar lo común del elemento, pues puede darse en cualquier lugar siendo propicio en todos los climas.
Una de las protagonistas es Jaime Lee Curtis, quien debutó en su largometraje anterior La noche de Halloween iniciando una larga saga de terror que tras cuatro décadas concluye este año. La actriz con el tiempo se convertiría en una de las reinas del grito, como ya lo fue su madre Janet Leigh, junto a la que trabaja en La niebla.
Bien es cierto que la obra con el paso del tiempo y la superación de los efectos cinematográficos ha perdido parte de su capacidad para aterrorizar en la misma medida que cuando fue concebida, no obstante, estamos ante una de las primeras obras de uno de los grandes directores del género, quien junto con las otras dos “C”, Craven y Cronenberg, forman la tríada que hizo evolucionar el género hacia lo que tenemos en la actualidad, pues sin ellos el panorama no sería el mismo.
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