Sucedió un día cualquiera, como todos los acontecimientos, de manera fortuita sin premeditación y mucho menos alevosía. Era agosto de 2011, una tarde sofocante. Lo recuerdo porque en aquel aparcamiento la piel abrasaba y sólo existía un mínimo de alivio dentro de los tornos de un gran centro comercial, aunque alcanzarlo, con semejante calima, resultaba […]

Leer más