Comprenderlo todo es perdonarlo todo.
Tolstoi
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a estar con todos vosotros. Estrenamos nuevo mes y, con él, vamos a reflexionar sobre una nueva película: Ricki and the Flash (2015) dirigida por Jonathan Demme y escrita por Diablo Cody.
La historia nos lleva a un hotel donde Ricki (Meryl Streep) malvive, sus sueños de ser una gran rockera le han pasado factura, ha perdido a su familia, a su ex marido Pete (Kevin Kline), su hija Julie (Mamie Gummer) y al resto de sus hijos. En sus momentos de soledad recuerda a su familia, y a ese hotel que no puede ni pagar llega una llamada telefónica, es Pete, quien le informa de que su hija Julie se ha divorciado. Aunque Ricki ni siquiera fue a su boda, le reclama que pueda ayudar a su hija.
Ricki decide comprar un billete para reunirse con ellos. Al llegar a la casa de su hija, su rostro lo dice todo: un pelo enmarañado y una cara de tristeza y reproche son su bienvenida. Pete le comenta que su hija quiso suicidarse, y como Ricki no tenía dinero, y en aquella mansión había suficientes habitaciones, se acomoda allí.
Ricki intenta llegar a Julie, y así va ganándosela: le lleva a la peluquería, a hacerse las uñas, a cambiarse de ropa o, al menos, a quitarse el pijama para poder quedar a cenar con sus hermanos.
Pero al llegar al restaurante comienzan los reproches. Está la nueva mujer de Pete, quien mira a Ricki con sorpresa, ya que no deja de tener su aspecto de rockera, sus trenzas, su profundo maquillajey su ropa de cuero apretada. Todos tienen algo que decir, ella recibe todo aquello aturdida. El haberlos abandonado para irse a cantar y ser lo que ella quería ser les había trastocado la vida. Ricki les explica que cuando regresaba ya no tenía lugar en la casa, que podía llevar tanto su carrera como ser madre, pero no la aceptaban y todo fue en vano. Al regresar a casa, la nueva mujer de Pete le comenta que habiendo llegado ella, Ricki ya se puede marchar. Al volver, el dolor de Ricki era superior, en su banda está Greg (Rick Springfield), un rockero divorciado que también ha pasado por el mismo trance y que la ama. La aventura viene y esa es para vosotros.
Es una película amable, ojalá la vida fuera tan maniquea como su trama, en la que todo es blanco y negro. En la realidad hay muchos más colores y seguro que cada uno que lee estas palabras tiene una interpretación distinta, la suya.
En términos de la historia de Ricki, es importante para cualquier persona, con independencia de la edad que tenga, que posea amor, el amor de los padres, estén o no juntos, saber que cada uno es parte del otro; y, lo más importante, que, en determinadas situaciones, buenas o malas, los dos progenitores estén ahí, es lo que se tiene en la vida. Por eso, comprenderlo todo es perdonarlo todo.
Con el cariño de siempre, feliz octubre desde La Mecedora.
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