Los pescadores saben que el mar es peligroso y la tormenta terrible, Pero eso no les impide hacerse a la mar.
Vincent Van Gogh
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a estar con todos vosotros. Iniciamos mes con la reflexión de una nueva película, Nacida libre (1966, James Hill) biopic basado en la novela homónima de Joy Adamson.
La trama nos lleva a Kenia, donde vive el matrimonio de George (Bill Travers) y Joy (Virginia McKenna). George forma parte, junto con su equipo, de la vigilancia de los animales salvajes que atacan a las poblaciones. Ambos viven la naturaleza y la viven desde el amor; conviven con un damán precioso, un amigo que se cuela y que toma las bebidas que ellos dejan en vasos y en botellas. Joy quiere muchísimo al pequeño damán, pero un día aparece muerto.
Es entonces cuando George es llamado para controlar a un león que ha atacado un campamento, con la mala suerte de que, mientras vigilan al león, una leona se abalanza sobre ellos, debiendo matarla. Poco después descubre el porqué de su ataque: se sentía amenazada porque tenía tres cachorros, tres hembras que George adopta y que se lleva junto a su mujer. Joy las acoge con todo el cariño, pero a las cachorras no les gusta el preparado de leche que ellos les ofrecen. Después de varias fórmulas, Elsa, una de las cachorras, bebe de los dedos de Joy la leche. A partir de ese momento, Joy queda grabada en la mente de Elsa.
Cuando crecen, es imposible tenerlas a las tres en casa, pues son de gran tamaño y tienen otras necesidades distintas a las de estar encerradas con seres humanos. George se las lleva a Nairobi con destino a un zoo, pero viendo la tristeza de Joy, regresa a casa con Elsa. Al volver a verse, con todo el cariño recíproco que sienten, todavía se unen más. Juegan y salen a disfrutar de todo aquello que la naturaleza les ofrece.
Pero Elsa no se siente leona, se cree otra más de la familia. Incluso los propios George y Joy se creen sus padres. Elsa no sabe cazar ni ser libre, por lo tanto, es impensable dejarla sola, sería pieza fácil para los depredadores. Pero poco a poco se acerca el momento en el que vence el visado, ambos se tienen que ir de Kenia. Aunque Elsa tiene su futuro en un zoo, Joy encuentra abominable esa solución.
Cuando les ofrecen una prórroga, ambos se dedican a preparar a Elsa; dejan a su ‘niña’ sola de noche con sus congéneres, aunque aparezca al día siguiente magullada, con heridas y famélica; cada vez es más difícil que Elsa encaje en su propio destino, pero la aventura es para vosotros.
La película es todo un hallazgo, aunque parece se como cualquier producción al uso que discurre en las mismas circunstancias y parajes, Nacida libre es distinta, tiene algo hipnótico, el amor de dos personas que han hecho apego con una leona, la cual, a su vez, entra en ese juego. Además, aunque la película tiene un elenco muy escaso, en realidad no son necesarios más que sus dos protagonistas y la leona para hacer una trama completa.
Su historia bien podría ser una analogía aplicable a otro ámbito de la vida: el amor incondicional a los hijos. El saber que deben aprender a valerse por sí mismos, aprender a volar, aunque que el vuelo no sea fácil, aunque la vida tenga sus traspiés. A pesar de todo, madres y padres intentan, en contra del propio amor, ayudar a hacer lo posible para que encaren el vuelo y sea alto.
Por eso, los pescadores saben que el mar es peligroso y la tormenta terrible, pero eso no les impide hacerse a la mar.
Con todo el cariño, feliz abril desde La Mecedora.
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