En verano con las vacaciones, rompemos con la rutina que nos adormece día a día. Ya sean cortas escapadas de un fin de semana o de un mes entero, el alejarse del entorno habitual nos evade de la monotonía y nos adentra en experiencias nuevas. Un personaje que sabe bien como romper con todo y transformarse durante sus vacaciones aventureras es Indiana Jones. Un hombre con dos caras muy diferentes, aunque ninguna represente a un Hyde pues ninguna es malévola.
Habitualmente el doctor Jones es un profesor de universidad más bien soso. Sin embargo, como buscador de reliquias es todo un intrépido aventurero que maneja el látigo como ningún otro.
Indi es un héroe viajero benefactor. Tras el primer acto, una vez implantado el motivo de su búsqueda heroica. Rompe con su rutina al embarcarse en la búsqueda del ansiado objeto, lo que se desarrollará en el segundo acto.
Esto le lleva a lugares remotos propicios para la aventura, lugares arquetipos en sí mismos, por su lejanía, exotismo y/o su abundancia de ruinas, reliquias y carga histórica.
Una vez en el lugar, además de su búsqueda puede resolver algún tipo de problema local que encuentre durante su viaje, como sucede en la segunda parte Indiana Jones y el templo maldito (1987, Dir. Steven Spielberg).
Nuestro héroe es un personaje ya forjado, o sea, no evoluciona al ritmo de su viaje heroico, es benefactor desde el inicio, con una forma de ser ya dada y no evolutiva, y con unas características inherentes a él (látigo, sombrero, cicatriz, fobias) que no serán explicadas hasta la tercera entrega.
Con La última cruzada se da explicación a todo lo que caracteriza a este icono heroico. Cuando al inicio de la cinta un jovencito Indi (River Phoenix) vive su primera aventura la cual marcará el resto de la vida del personaje ya adulto.
En cada viaje, el Doctor Jones sumerge a los espectadores en una búsqueda fantástica de reliquias maravillosas y legendarias. Despertando un ansiado sueño escapista que quién sabe, de entre sus espectadores, a cuantos habrá influenciado para convertirse en arqueólogos o historiadores.
Tal vez solo un mago como Spielberg podría lograr algo así.
2 comentarios
Eduardo 22 julio, 2019 at 6:18 am
Muy buen trabajo Maria, me encanta la forma de presentar a Indi a los lectores, se nota que eres fan de sus aventuras. Saludos
La Firma 28 julio, 2019 at 12:16 am
¡Es que María es extraordinaria!