Título original: L’heure de la sortie. Año: 2018. Duración: 104 minutos. País: Francia. Dirección: Sébastien Marnier. Guion: Sébastien Marnier, Elise Griffon, basado en la novela de Christophe Dufossé. Música: Zombie Zombie. Fotografía: Romain Carcanade. Reparto: Laurent Lafitte, Luàna Bajrami, Pascal Greggory, Victor Bonnel, Emmanuelle Bercot, Claire Rochelle, Félix Lefebvre, Leopold Buchsbaum, Thomas Scimeca, Gringe, Iwen Casteret, Anne Loiret, Cyrille Hertel, Grégory Montel, Thomas Guy, Véronique Ruggia, Bertrand Houdin. Producción. Avenue B Productions. Distribuida en España por: Ver Cine.
No hay nada más perturbador que la realidad. Esta parece ser la premisa de la que ha partido el director y escritor Sébastien Marnier al presentarnos su última película, La última lección, una cinta repleta de perturbación, suspense y conciencia social, todo ello teñido de una atmósfera opresiva que amenaza de manera indeterminada. Cuál es el peligro o dónde se esconde el mal son dos preguntas que Marnier responde sin reservas, aunque lo haga de forma taimada y esquiva ante el espectador. El mal existe, pero no es aquel que se imagina.
Pierre (Laurent Lafitte) es un profesor modélico. Su currículum y su actitud le hacen idóneo para cubrir una baja en el Colegio St. Joseph, en sustitución de un docente que se arrojó al vacío mientras el grupo más selecto de alumnos del centro realizaba un examen. Pierre llega ante la conmoción de los estudiantes, doce menores con un elevado coeficiente intelectual que son el orgullo de la escuela. Todo lo que los niños desean les es concedido.
A pesar del empeño que el profesor despliega para conquistar la atención y el respeto del alumnado, Pierre descubre desde el comienzo que la empresa no es sencilla, sus intentos por motivar y deslumbrar a los niños son sistemáticamente frustrados. Las condiciones de su vivienda tampoco ayudan; cercano a un antiguo amor, quien ya ha recompuesto su vida personal, Pierre solo puede ser testigo de sus avances vitales. Los constantes cortes de luz, la aparición de molestos insectos y las inmisericordes llamadas a su teléfono móvil comienzan a copar su día a día, pasando factura a su equilibrio emocional.
Convencido de que son sus alumnos los causantes del acoso, Pierre comienza a seguir sus pasos, intentando acercarse al máximo a su rutina extraescolar. Será entonces cuando descubra que seis de los niños, capitaneados por Apolline (Luàna Bajrami) y Dimitri (Victor Bonnel), llevan a cabo prácticas nada convencionales y extremadamente peligrosas, mientras son grabados por el resto del grupo. La revisión de las cintas rodadas por los propios niños le llevará a un estado de malestar sin tregua, contemplando a unos menores cuya conciencia social y sus altas capacidades los han convertido en seres perturbadores.
Desasosegante obra de Marnier tras Irreprochable (2016), adaptación de la novela homónima de Christophe Dufossé (2002), sin duda uno de los mayores aciertos de la cinta es, amén de la banda sonora, la creación de un universo opresivo, asfixiante e incomprensible, en el que nos transformamos en testigos de la destrucción del mundo.
Con innegables reminiscencias a El pueblo de los malditos (1995, John Carpenter), este conjunto de niños consigue trasladar al patio de butacas su desazón por la pérdida del raciocinio humano. Su mensaje, en pleno vigor hoy en día, cobra todo su sentido en una etapa de concienciación social respecto a lo errado del consumismo desaforado. El deterioro de la naturaleza, el abuso de poder y la maldad que se oculta en las elecciones mundanas nos acerca a unos niños cuya actitud, profundamente deshumanizada, parece querer evitar que empaticemos con ellos, a pesar de la ideología que vertebra sus mensajes.
Una película generacional, conducida por un director joven con un estilo depurado, cuyo mensaje nos recuerda que, llegados a este punto, cualquier elección cotidiana es una decisión moral.
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