Título original; La tribu
Año: 2018
Duración: 90 minutos.
País: España
Dirección: Fernando Colomo
Guion: Fernando Colomo, Yolanda García Serrano, Joaquín Oristrell
Música: Vicente Ortiz Gimeno
Fotografía: Ángel Iguacel
Reparto: Carmen Machi, Paco León, Luis Bermejo, Julián López, Bárbara Santa-Cruz, Manuel Huedo, Rebeca Sala, Manel Fuentes, Horacio Colomé, Jorge Asín, Marisol Aznar, Alfonso Lara, Julián Teurlais, Arlette Torres, María José Sarrate, Maite Sandoval, Artur Busquets, Maribel del Pino, Javier Perdiguero
Producción: Atresmedia Cine / Mod Producciones / Movistar+
Género: Comedia
Estreno en España: 16 de marzo de 2018
Un equipo es como un reloj: si se pierde una pieza todavía es bonito, pero ya no funciona igual.
Ruud Guillit
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a estar con todos vosotros. Hoy os voy a hablar de La tribu, dirigida por Fenando Colomo y protagonizada por Carmen Machi y Paco León. La historia nos lleva a la ciudad de Barcelona, allí una empresa acaba de despedir a trescientos obreros, todo orquestado por Fidel (Paco León), el jefe de recursos humanos. Cuando está en su despacho, en actitud comprometida, los trabajadores le arrojan todo tipo de desechos, y en ese trajín le pasa algo inesperado y desagradable, que hace que salga en todos los medios y redes sociales, haciéndose viral.
Esto le lleva a querer recuperar a su madre biológica, Virginia (Carmen Machi), quien trabaja en un hotel y está muy nerviosa por conocer a su hijo tras treinta y cinco años, después de que con dieciséis lo abandona por no poder hacerse cargo de él. Pero Fidel, al esperarle en la cafetería, se encuentra a un camarero (Julián López), quien era uno de los trabajadores despedidos, y este le tira una botella de agua por la cabeza. Enfadado, Fidel yo no quiere saber nada de nadie, y al encontrarse con su madre en el hall del hotel, decide no recuperar el tiempo perdido, haciéndole saber a Virginia que solo había ido porque su terapeuta le había propuesto que se conocieran. Al salir a la calle, se pone literalmente delante de un autobús y el golpe en la cabeza hace que le lleven a un hospital.
Su madre se queda a su lado día y noche, sin saber nada de quién es él. Nadie lo sabe. En la vorágine del accidente, el camarero le sustrajo el bolso en el que llevaba el móvil y toda su documentación, haciendo imposible que nadie le conozca. Junto a Fidel estará la enfermera, amiga de Virginia, al igual que la taxista, quien es otra compañera de baile en el gimnasio. Todos empiezan a indagar quién puede ser Fidel, mientras Virginia le lleva a casa, pues el médico dice que sufre una amnesia transitoria y, con el paso de los días, sus recuerdos volverán. La memoria le falla tanto que las palabras que pronuncia no guardan relación con lo que él quiere decir. Al llegar a la casa, que a él no le gusta y no repara en hacerlo saber a todas horas, se encuentra a sus otros dos hermanos, a quienes su madre ayuda desde hace un año, pues también ellos quedaron al paro por el despido masivo en la empresa de Fidel. De inmediato se percibe que no hay buen feeling entre los hermanos, tan pronto como Virginia se marcha a trabajar, ellos le echan a la calle.
Ella, que es el único sustento de la casa, se ve en la necesidad de pedir ayuda para que alguien se haga cargo de él mientras ella no está. Así acude a Luciano (Luis Bermejo), el padre biológico de Fidel, quien tiene una tienda de comestibles, para que le contrate para trabajar con él. A pesar de su reticencia inicial, pronto se da cuenta de que Fidel es muy inteligente. Como conserva su memoria procedimental intacta, le da consejos a de cómo distribuir y vender mejor sus productos. El padre está encantado de tener por fin a su hijo, pero no puede hacerse cargo todo el día de él. Como Virginia todavía necesita más ayuda, mientras acude al gimnasio, decide que él también le acompañe a las clases de baile. Este se queda muy rápido con las coreografías, tanto que todas las compañeras del grupo lo aceptan con agrado. Fidel se convierte en uno más del grupo. Un día, sus hermanos les graban durante una fiesta para recaudar dinero para los damnificados por los despidos, y acaba en manos de una productora de televisión, quienes sí saben quién es Fidel. Bueno, el final es para vosotros.
La película es muy divertida, es una comedia de situación con un toque de musical, llena de color y optimismo. Tiene reminiscencias a Full Monty, pero con un estilo diferente. Una de las reflexiones que suscita es la necesidad de pertenecer a una “tribu”. Dicho de otra manera, la necesidad humana de formar parte de un grupo, de pertenencia. Los grupos aportan una gran cantidad de satisfacciones, de apoyo emocional e instrumental, siendo el más próximo a nosotros la familia, nuestro primer grupo; así es el que forman Virginia y sus tres hijos, una madre nueva en estas lides, pero ya con bagaje por una vida llena de necesidades, enfermedades y pesares. Esto le lleva a juntarse con otras mujeres en circunstancias parecidas, que se niegan a que los años las hagan dejar de ser. Porque ellas son, salen delante de todos los conflictos gracias a la fuerza, una fuerza que les empuja a ayudarse entre ellas y a los que están alrededor. Eso es lo que comprende Fidel al abrir ver el mundo casi por primera vez. Con sus ojos nuevos en todo ve el valor y la importancia de la pertenencia, y cómo la ayuda de todos hace que las personas sean mejores.
Por eso, como reza la máxima, un equipo es como un buen reloj: si se pierde una pieza todavía es bonito, pero ya no funciona igual.
Con todo el cariño, feliz primavera. Y feliz día del Padre, en especial al mío, que ahce unos años nos falta.
Desde la Mecedora.
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