La sociedad y la familia se parecen al arco de un palacio;
quitas una piedra y todo se derrumba.
Talmud
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a estar con todos vosotros. Comenzamos un nuevo mes y, con él, una película para reflexionar: Dos días en Nueva York (2011, Julie Delpy). La historia nos lleva a Nueva York, allí, en un cómodo apartamento, viven Marion (Julie Delpy), y Mingus (Chris Rock), quienes con sus respectivos hijos, han formado una nueva familia. Marion es una mujer moderna que trabaja como fotógrafa, y está preparando una exposición muy importante para ella. Por eso, y después de su fracaso en su anterior matrimonio, donde lo único bueno que le ha quedado es un maravilloso hijo de corta edad, decide invitar a su padre, que se ha quedado viudo, y a su hermana, a pasar unos días junto a ella y su familia.
Imagen de Dos días en Nueva York, película distribuida en España por Alta Classics © 2012 Polaris Films. Todos los derechos reservados |
Pronto llegan desde París, y ya en la aduana tienen su primer percance, pues traen consigo montones de embutido, el cual no puede pasar las fronteras. Pero eso es solo el principio, su hermana trae a su nuevo novio y, con él, las desdichas. Los gags de una comedia de enredo se hacen patentes entonces. Todos los conflictos desesperan a Marion, pues parece que los infortunios no tienen fin, y poco a poco van haciendo mella en la pareja. No os voy a revelar el final, pero hay una escena, que es la que más impacta, que deja un buen final: la familia está ahí para no dejarte caer, unos y otros te ayudan a levantarte.
Imagen de Dos días en Nueva York, película distribuida en España por Alta Classics © 2012 Polaris Films. Todos los derechos reservados |
Espero que os guste, tiene su punto. Lo importante es ese trajín de sentimientos que muestra desde el principio, ya cuando Mingus, compañero de trabajo de Marion, se convirtió en su pañuelo de lágrimas al sentirse abandonada por su divorcio y el nacimiento de su bebé. Él le dio todo su cariño y la supo escuchar. Esa familia extravagante, que parece que no ayuda y que transforma a la feliz pareja, pues deja relucir otra Marion, también supone un apoyo, no olvidemos el apoyo en todos los sentidos que la gente que te rodea te aporta; cada uno ayuda como una pieza de ese puzzle, un puzzle que tanto niños y niñas, esposos, padres y hermanos necesitan.
Imagen de Dos días en Nueva York, película distribuida en España por Alta Classics © 2012 Polaris Films. Todos los derechos reservados |
Se parece a nuestras raíces, a nuestros ancestros, a las tribus que crían a los niños entre todos, y a los no tan niños. Siempre, por muy adultos que seamos, somos una pieza importante en ese engranaje, esa pieza de la que habla la máxima: una piedra sin la cual, no es que se derrumbe el muro, pero tenerla sí ayuda a que no ocurra.
Con todo el cariño, feliz julio desde la Mecedora.
3 comentarios
Max 10 julio, 2014 at 2:35 pm
¡Un artículo genial! Como siempre, desde la Mecedora nos ofreces las palabras que más necesitamos leer… ¡muchas gracias María Jesús!
Srta. Kubelik 12 julio, 2014 at 1:06 pm
¡Absolutamente de acuerdo, Max! No sé qué haríamos sin las reflexiones desde la Mecedora
La Mecedora 12 julio, 2014 at 1:12 pm
¡Muchas gracias a ti, Max! Maravilloso comentario, ojalá tengas razón y esas palabras sirvan a nuestros lectores. Siempre con cariño.