Octubre es al terror lo que un fantasma al género: maridan bien. La visión de un alma en pena resulta aterrador para quien la ve. Más aún si se mantiene en el plano de los vivos en busca de venganza.
Esta es la base de la trama de Historia macabra una película de 1981 de John Irvin basada en el libro de Peter Straub que narra cómo una cuadrilla de octogenarios que se reúnen para contar historias de terror y a quienes comienzan a hostigar un fantasma del pasado; son Ricky, John Edward y Sears personajes interpretados respectivamente por Fred Astaire, Melvyn Douglas, Douglas Fairbanks Jr. Y John Houseman. De los tres primeros sería su última película.
Pese a que la cinta no figura entre las habitualmente reseñas y recopilaciones de manuales dedicados a obras de terror, el hecho de ser el último trabajo de estos actores ya debería hacerla reseñable y pese a que sus efectos especiales quedan lejos de la espectacularidad que alcanzan el la actualidad, el argumento en sí suple esas faltas, por así denominarlas.
Desde el inicio se muestra el tormento que comienzan a sufrir los cuatro amigos, quienes paulatinamente son aniquilados, únicamente a través de las narraciones en retrospectiva se le indica al espectador que se trata de una posible vendetta que no será revelada hasta el final, para mantener el punto de tensión necesario en el género.
Únicamente al final el espectador tendrá la certeza de hallarse ante el esquema seguido por otra obra de terror, una algo más actual y cercana en el tiempo, aunque ya con sus años: Sé lo que hicisteis el último verano dirigida por Jim Gilespie en 1997, y que al contrario que su predecesora está protagonizada por jóvenes estrellas emergente, lo cual pudo contribuir a una mayor publicidad y atracción.
La base argumental es que unos jóvenes triunfadores con todo el futuro por delante, cometen un asesinato accidental causado por la ingesta de alcohol tras lo cual deciden ocultarlo, provocando el inicio de la venganza. Este esquema coincide en las películas, aunque el muerto es más tangible en una obra que en otra, sin embargo, la relevancia del alcohol, el agua y el coche son determinantes en ambas. No obstante, el orden de la exposición de los acontecimientos es diametralmente opuesto. La película de los ochenta lo realiza de una forma más compleja, a la inversa, lo que hace que resulte más madura y elocuente.
Resulta curioso que la primera obra se base en una novela posterior a la otra, Sé lo que hicisteis el último verano fue escrita por Louis Duncan en 1973, y Peter Straub publicó Fantasmas en 1979. Sea como fuere la última película de Fred Astaire te dejará con buen sabor de boca, aunque con la añoranza de verlo bailar una vez más.
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