Si en medio de las adversidades persevera el corazón con serenidad, con gozo y con paz, esto es amor.
Santa Teresa de Jesús
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a estar con todos vosotros. Empezamos mes y, con él, nuestra reflexión cinematográfica, esta vez sobre El verano de Kikujiro (1999) dirigida por Takeshi Kitano.
La historia nos lleva a Japón, donde el pequeño Masao vive con su abuela, pues su madre se fue a buscar trabajo y no regresó. Llegan las vacaciones estivales y su mejor amigo se va y Masao se queda solo y aburrido. Su abuela hace lo que puede por Masao, pero tiene que trabajar y busca cómo entretenerse.
Kikujiro (Takeshi Kitano), es el marido de Miki, una amiga de su abuela, un hombre adulto, pero con la mentalidad infantil que le sugiere ir a buscar a su madre, ya que el niño encontró una foto de ella con una dirección.
Ambos se ponen en camino, en ese camino la aventura es el propio viaje. Kikujiro le lleva a las carreras y a las apuestas, donde pierden el poco dinero que llevaban, y de ahí surge toda clase de conflictos, hasta verse en la carretera, donde Kikujiro le da comida que va consiguiendo, aunque él se quede con hambre. Y toda esa aventura es para vosotros.
La película es original, con una buena fotografía de Katsumi Yanagishima, expuesta como si de un teatro japonés se tratara. Los rostros de los personajes dejan patente todas las emociones que van atravesando sus vidas. Pero hay algo que llama la atención, y es que un hombre que apenas conoce al niño es capaz de darle auxilio y cariño, cómo mira por la sonrisa de un ser que se lleva una gran desilusión desde tan pequeño, pues la falta de recursos es palpable. Kikujiro hace de un verano amargo una aventura a la que os invito.
Por ello, y como reza la máxima, si en medio de las adversidades persevera el corazón con serenidad, con gozo y con paz, esto es amor.
Con todo el cario, feliz agosto para todos desde La Mecedora.
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