María Jesús Díaz Prada

Las aventuras verdaderamente grandes son aquellas que mejoran el alma de quien las vive.

Alejandro Dolina

Queridos amigos de Todo Es Cine:

Un placer volver a estar con todos vosotros. Hoy os voy a hablar de una película española, El inconveniente (2020), dirigida por Bernabé Rico basada en la obra teatral de Juan Carlos Rubio, y protagonizada por Kiti Mánver y Juana Acosta.

La historia nos lleva a Sevilla, Sara (Juana Acosta) queda con Óscar (Carlos Areces), un agente inmobiliario, que le explica las bondades de la casa, con un portero físico, en buenísima zona, con vistas a la Giralda, todo en él es estupendo, incluso el precio, salvo por un ‘inconveniente’, Lola (Kiti Mánver), una mujer desahuciada por los médicos, que no tiene familia y quiere aprovechar el tiempo que le queda disfrutando de su piso y del dinero que supone venderlo en vida.

Cuando Sara sale de la casa, que tiene esa decoración antigua propia de una persona mayor, encuentra que se trata de una ganga. Sara es fría y no demuestra sus sentimientos, siempre está perfecta y preparada, trabaja como directiva en una compañía de seguros de vida, y la idea de tener esa casa le emociona, porque Sara está casada y se “olvida” de decirle a su marido que se ha comprado el piso.

Lola es lo contrario a Sara. El día de la firma ante el notario no dejó pasar la ocasión de degustar las ricas magdalenas realizadas por unas religiosas junto con su café; Lola invita a la nerviosa Sara, que ve que el tiempo se les echa encima. Lola se mete en su armario, donde tiene sus cosas, se pone una peluca y un abrigo de pieles heredado sobre su bata, rematándolo con su bolso.

Lola siempre le aconseja a Sara que viva la vida, que siempre hay tiempo para todo. Poco a poco la amistad entre las dos mujeres es más patente, Sara acude a la casa, pero al final para hablar; le cuenta el porqué de comprarse la casa y Lola, atenta escucha a su amiga Sara, quien le confiesa que lleva años casada y su matrimonio ya no funciona. Así, si lo dejan, ella tiene un sitio a dónde ir.

Lola escucha, siempre tiene un dicho, una palabra de apoyo, un gesto de cariño lleno de fuerza, ya que no es una mujer débil, es fuerte de carácter y la vida le ha enseñado mucho, incluso sus tres bypass. A Sara siempre le duele la cabeza y Lola siempre le ofrece medicinas que acumula.

También Óscar forma parte de este cuadro, primero le vendió el piso a Sara, pero también trabajaba de vendedor, de camarero… Ellas le aprecian y también forma parte de esta aventura.

Un día de Navidad se ven y Lola le comenta que el 28 de diciembre, el día de los inocentes, es su cumpleaños; Sara aparece entonces con una tarta y, al decirle que su marido sigue vivo, le buscan y se van a visitarle, aunque se dan cuenta de que los consejos de una persona no valen para otra: Lola vuelve a caer enferma y Sara la lleva al hospital. Aquí empieza la aventura y esa es para vosotros.

La película es tierna e intensa, como Lola, pero habla de realidades y, lo más importante, de la soledad. Cada vez que estas dos mujeres, separadas por años y por sus propias historias, se unen, se produce magia. No viene en ningún libro que los números (muy importantes) preceden a las emociones; se puede ser amiga y necesitar a esa persona, tenga la edad que tenga, porque es un ser humano que vive y puede compartir gran cantidad de vivencias. Sara también comparte con Lola su juventud, incluso con Óscar, que también está solo, la soledad en compañía no es soledad.

Por eso, las aventuras verdaderamente grandes son aquellas que mejoran el alma de quien las vive.

Con todo el cariño, desde La Mecedora.