Título original: El buen patrón. Año: 2021. País: España. Dirección y guion: Fernando León de Aranoa Duración: 120 minutos. Reparto: Javier Bardem, Manolo Solo, Almudena Amor, Óscar de la Fuente, Sonia Almarcha, Fernando Albizu, Tarik Rmili, Rafa Castejón, Celso Bugallo, Yaël Belicha, Martín Páez, Daniel Chamorro, María de Nati, Mara Guil, Pilar Matas. Música: Zeltia Montes. Fotografía: Pau Esteve Birba. Producción: Reposado Producciones, Mediapro, TVE, TV3, MK2 Films. Género: comedia negra. Estreno en España: 15 de octubre de 2021.
La nueva película de Fernando León de Aranoa es, seguramente, la comedia más pura del director, al tiempo que es la cinta más sangrantemente cáustica de su filmografía. Violenta incluso, a pesar de que en su metraje apenas hay concesiones a la violencia. Y lo es porque su temática, su enfoque y la mordacidad de su guion no ofrecen concesiones a la benevolencia, aunque sea obvio que el protagonista está creado para seducir.
Desde el primer momento, es sencillo sentir empatía por Julio Blanco (Javier Bardem), amante esposo de su mujer (Sonia Almarcha) y patrón de una fábrica familiar que ha llegado a obtener pingües beneficios por seguir con la tradición de su padre: la creación de básculas. La empresa de Blanco es una gran familia, en la que hay empleados veteranos que han compartido su vida con el patrón, como Miralles (Manolo Solo), amigo desde la infancia, o Fortuna (Celso Bugallo), su hombre para todo.
Blanco es un hombre de éxito, a la espera de su último galardón a la excelencia empresarial, puede jactarse de haber logrado todo cuanto tenía en mente. Es un triunfador. Eso sí, y aquí viene la vuelta de tuerca de León de Aranoa, es un potentado a la vieja usanza que utiliza todos los resortes propios de su condición: realiza discursos interminables, impone ley y orden en sus dominios, establece derecho de pernada y, cómo no, cierra tratos personales y profesionales en cualquier night club. Compra y vende productos, personas y favores. Así es Blanco.
“Equilibrio, esfuerzo, fidelidad” no es solo el lema de su empresa, sino toda una declaración de intenciones de los denodados esfuerzos que realiza Blanco por mantener el equilibrio. Que luego abuse de la fidelidad de sus congéneres es solo una muestra de que, para determinadas personas, el fin sí justifica los medios.
Cuando Miralles sufra una crisis matrimonial, una joven becaria, Liliana (Almudena Amor) irrumpa en su vida y uno de los trabajadores despedido por un ERE decida acampar a las puertas de Básculas Blanco, el protagonista comenzará su particular cruzada no solo para reequilibrar (en todos los sentidos) su vida y su empresa, sino para mantener intactos los retos de su ambición.
Nada en El buen patrón está dejado al azar; no lo están sus intérpretes, todos ellos excelentes, ni su esmerado guion, ni sus metáforas visuales, incluida una fábrica cuya entrada, al más puro estilo Arbeit macht frei, expone a primera vista el tipo de subordinación que establece su ‘patronaje’. Y es que León de Aranoa no escatima en mostrar los sinsabores de un capitalismo salvaje que necesita al trabajador, pero prescinde del ser humano, ilustrando una situación que nos incluye a todos. Y, por descontado El buen patrón es Javier Bardem, un intérprete extraordinario capaz de dar vida y pulso a ese guion acorazado escrito por León de Aranoa.
Una película que analiza una sociedad que, salvo si se falsea la balanza, jamás tiene equilibrio.
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