El artista encuentra mayor placer en pintar que en contemplar el cuadro.
Séneca

Queridos amigos de Todo Es Cine:

Un placer volver a estar con todos vosotros. Estrenamos mes y con él os voy a hablar de una película que, por lo menos, os hará pasar un momento agradable. Se trata de La invención de Hugo (2011, Martin Scorsese), basada en el libro de Brian Selznick La invención de Hugo Cabret.

Imagen de  la película “La invención de Hugo”, distribuida en España por Paramount Pictures Spain © 2011 GK Films. Todos los derechos reservados

La historia nos lleva a los años treinta en París. Hugo vive con su padre (Jude Law), un relojero que enseña al niño un arte especial, el del cine, y le lleva a ver películas de George Méliès. A la muerte prematura de su padre en un incendio, el niño se queda bajo la custodia de su tío, un relojero que se encarga del mantenimiento del reloj de la estación de Montparnasse. Un día, su tío desaparece, pero Hugo vive en la estación arreglando lo que le enseñaron, encargándose del cuidado del reloj. Pero tiene un sueño, y es terminar y dar vida al autómata que le legó su padre. Por la estación roba todas las piezas que puede para devolverle la vida, y cree que su padre le dejó un mensaje en su interior. Sin embargo, le falta una llave. Un día, en la estación, le quitan el cuaderno donde lleva apuntadas todas las instrucciones de su obra, allí le dice el juguetero que le sustrajo el libro (Ben Kingsley) que debe pagar todo lo que robó limpiando.

Un día conoce a Isabella, la hija adoptiva del juguetero Méliès, a quien al principio no da mucha importancia; sin embargo, poco a poco la niña, casi de su edad, le proporciona mucha información y Hugo le enseña lo que su padre le inculcó: el amor por el cine, así le lleva a ver películas del hombre que tanto admiraba.

Un día se da cuenta de que ella lleva en una cadenita en el pecho una llave en forma de corazón, llave con la que le da vida al autómata, quien hace un dibujo de la primera película de George Méliès, Viaje a la luna. Sin saberlo, descubren un secreto trascendental que reside en la casa de los padres adoptivos de Isabella.

Es una historia muy bonita, llena de sueños, de magia; de aquellos primeros hombres y mujeres que lucharon por un espectáculo al que nadie daba mucho valor, sin saber lo relevante que esa industria sería para todos. Hubo una frase que Hugo le dice a Isabella, que me hizo reflexionar: “todos somos importantes, Isabella, yo soy una pieza, y sin esa pieza no funciona la maquinaria”.

En efecto, todos formamos parte de la misma maquinaria, unos más grandes y otros más pequeños, pero todos somos parte de ese engranaje de la vida; de lo que tú hagas o dejes de hacer hoy, depende mucha gente. Quizá no te des cuenta y creas que no merece la pena, pero tú importas, al igual que Hugo, un niño que no tenía nada ni a nadie; pero era muy inteligente, veía más allá. Y realmente esa pieza era fundamental.

Seguro que te gustará la película, fue la más nominada a los Oscar en su año con once candidaturas, de las que obtuvo cinco Oscar, así como el Globo de Oro al Mejor Director para Martin Scorsese.

Desde aquí desearos un feliz mes de noviembre a todos.

Con cariño, desde la Mecedora.