El ser humano aprendió a dominar la naturaleza
mucho antes de aprender a dominarse a sí mismo.
Albert Schweitzer
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a estar con todos vosotros. Empezamos mes y, con él, una nueva película sobre la que reflexionar, en esta ocasión, El retrato de Dorian Gray (1945, Albert Lewin), basada en la novela homónima de Oscar Wilde.
Imagen de El retrato de Dorian Gray © 1945 Metro-Goldwyn Mayer (MGM). Distribuida en España por Warner Bros. Entertainment España. S.L. Todos los derechos reservados |
La historia nos lleva a un Londres de la época victoriana. Allí vive, en una lujosa mansión, un hombre joven, Dorian Gray (Hurd Hatfield), amigo de la bebida sin medida y de las bajas pasiones. No tenía más que estar todo el día pensando en su próxima “víctima”. Todo en su vida era desmesurado y, con esa misma pasión, se dejó retratar en un cuadro donde él era el protagonista, como en todas sus historias.
Imagen de El retrato de Dorian Gray © 1945 Metro-Goldwyn Mayer (MGM). Distribuida en España por Warner Bros. Entertainment España. S.L. Todos los derechos reservados |
Pero Dorian siempre era joven, no pasaban por él ni las noches en vela ni los sinsabores de la resaca, ni el daño que hacía a los demás. La gente que le conocía no podía creer cómo un hombre, después del transcurso del tiempo, seguía mostrando la cara tersa de una juventud eterna. Aunque considero que éste es un libro y una película muy conocidos, no desvelaré el final. Sin embargo, sí podemos extraer una reflexión al respecto, y es qué sucede cuando la gente deja la marca de su mal en otras personas. Cuántas veces parece que el personaje que más daño hace, no sufre sus consecuencias, ni parece que sea a él a quien le cuente, sino a todos aquellos que están a su merced. Por eso este mes tan precioso, como es junio, que ya despierta el verano disfrutad de este libro y de esta película; tanto la gente se dispone a ir de vacaciones, como los que no, podemos volver a leer o a ver la película, y darnos cuenta todos de que aprendimos antes a saber las constelaciones, que el funcionamiento de la circulación de la sangre.
Ya los presocráticos, e incluso generaciones previas, hablaban de los planetas, de las estrellas, y qué poco sabíamos de nosotros mismos. Es más fácil mirar hacia fuera y no mirar hacia dentro.
Por eso que este mes tan bonito haga que nos conozcamos un poco más, no es cuestión de dominar, es cuestión de conocerse.
Con todo el cariño, feliz mes de junio para todos, desde Todo Es Cine.
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