Su rostro no le es ajeno a nadie. Su extremada delicadeza, su toque de sutil inocencia y su tenue picardía, tampoco pasan desapercibidos. Sus gustos sencillos y su diametral oposición a la opulencia hollywoodiense parecen contravenirse, y mucho, con la popularidad que precede a esta joven francesa de grandes ojos y perfil angelical, que un día encontró la fama el barrio de Montmartre, bajo los auspicios de un fascinado Jean-Pierre Jeunet, que no dudó en conmoverse al descubrir que bajo la superficial apariencia de Audrey Tautou, se hallaba escondida su verdadera Amélie. Idolatrada por su estilo y por sus maneras, la intérprete de Beaumont puede presumir de encontrarse en situación privilegiada por el amor que le profesan tanto crítica como público. A pesar de su juventud, Mademoiselle Tautou tiene el privilegio de poseer no sólo un codiciado Premio César, sino también la distinción de ser miembro de la Academy of Motion Picture Arts and Sciences. La que fuera descendiente de María Magdalena en El código da Vinci, visita ahora España para presentarnos Un engaño de lujo, película de Pierre Salvadori en la que da vida a Irène, cazafortunas de moral laxa acostumbrada a la vida ostentosa y al lujo. A pesar de que el papel ha despertado cierta polémica, nadie puede negarle a Tautou el éxito cosechado allende los mares. No obstante, parece que los oropeles de la notoriedad no afectan un ápice a la frescura de esta actriz, que sin duda gana en las distancias cortas, cuando su completa desinhibición y cercanía hacen vislumbrar y aun entender, lo que sobre esta menuda pero contundente artista dijo el realizador Tonie Marshall: she is a petit young girl who would like to be a lady and will become a woman.
Lucía Tello Díaz. Existe una cuestión que resulta casi obligada, después de seis años desde que rodaran Amélie, ¿cómo lleva el hecho de que todavía se le identifique con el personaje creado por Jenet?
Audrey Tautou. Es cierto que el personaje de Amélie ha marcado mucho mi carrera, pero nunca lo he interpretado como un peso, al contrario, fue Amélie quien me abrió todas las puertas. Si he hecho estas películas después de aquélla es gracias a ella. Además, no me cuesta desprenderme de ese personaje porque lo tomé desde el principio como un regalo, con total alegría.
LTD. Sin embargo, no puede negar que muchos espectadores le relacionen únicamente con ella, llegando incluso a reprocharle que interpretara el papel de Sophie en El código da Vinci por ser un cine “demasiado comercial”.
AT: Es verdad, sin embargo el papel de Sophie era una oportunidad que no podía desaprovechar. Trabajar con actores de la talla de Tom Hanks o Jean Reno -que por lo que sé no son del todo poco famosos- resultaba estimulante. En la vida me había imaginado hacer una película así. Sólo sé que quise hacerla.
LTD. Después de probar en Hollywood, ¿existe algún proyecto a corto plazo que le haga volver a rodar allí?
AT: Lo cierto es que respecto a Estados Unidos no tengo prisa alguna. Sus historias de fama no me apetecen mucho. Un actor francés es muy conocido en su país, pero las repercusiones no van más allá. Los actores en Hollywood, sin embargo, no tienen anonimato en ninguna parte del mundo, y el anonimato es algo que valoro muchísimo. No me gustaría estar en una situación demasiado expuesta, ante todo no quiero perder el anonimato. En otro orden de cosas, es difícil encontrar en Hollywood un papel interesante, y en esa búsqueda el acento francés no ayuda mucho, porque limita bastante el trabajo. Además, en Francia tenemos la suerte de seguir teniendo un cine de autor bastante fuerte, y es un cine que me gusta muchísimo.
LTD. En cierto sentido, se puede decir que a usted le gusta interpretar papeles que estén a caballo entre el cine comercial y el cine de autor.
AT: Indudablemente. Me gustan las películas bien escritas, con guiones inteligentes, pero tampoco se puede decir que sea elitista, ya que ese tipo de cine no me gusta ni como actriz, ni como espectadora. Sin embargo, tampoco me gusta el cine sin inteligencia, así que sí, me muevo entre los dos.
LTD. En la película que usted presenta ahora, Un engaño de lujo, ha podido rodar en Francia, en la Costa Azul, es decir, lugares que le son familiares, ¿cómo ha llevado el volver al cine francés después de su experiencia americana?
AT: Para mí ha sido como unas vacaciones. Aunque El código da Vinci fue una experiencia extraordinaria, el trabajo era muy duro. El poder rodar en mi lengua, sin tener trabajo añadido del idioma, ha sido una experiencia estupenda.
LTD. Lo cierto es que viendo la película, se le ve muy cómoda y distendida ¿cómo fue su relación con el equipo de rodaje?
AT: Fue sensacional. Ha sido un rodaje en el que la verdad me divertí muchísimo. Por primera vez podía aparecer ante la cámara como una persona divertida y alocada, más parecida a la persona que soy en realidad. De hecho, mis amigos me dijeron que por fin podían verme interpretar a un personaje que fuera tan alegre como yo, aunque no sea exactamente como es ella…
LTD. Es una buena puntualización, ya que la moral de Irène resulta un poco dudosa… ¿Le resultó difícil interpretar el papel de una mujer tan alocada y desenfrenada?
AT:Es cierto que mucha afinidad no tengo con ella. No me siento para nada identificada con Irène, pero al fin y al cabo no es tan mala chica, no roba, no hace daño a nadie…. Además, aunque tenga un lado banal, también se le puede ver un lado soñador, infantil, pueril incluso. Ella quiere ser princesa, y lo sacrificaría todo por estar en donde ella quiere. La verdad es que es divertido interpretar a alguien tan diferente a mí.
LTD. Pero a su personaje le da igual llegar hasta límites insospechados con tal de mantener el estatus idealizado que tiene en mente. En ocasiones aparece ante el espectador como una mujer sin escrúpulos.
AT: Pero es que ella siente fascinación real por el lujo. Se siente como una princesa cuando posee un reloj maravilloso, o vive rodeada de tanta opulencia. Hay gente que se comporta así, realmente existen personas a las que lo material le da seguridad.
LTD. A pesar de las reticencias que suscite su personaje ¿qué le atrajo de su último filme?
AT: Para ser sincera, lo que más me fascinó de Un engaño de lujo fue su estructura narrativa, que bajo mi punto de vista está emparentada, de algún modo, con la comedia clásica de los años cuarenta y cincuenta. Sin embargo, esta película tiene algo de corrosivo, de humor inteligente y también escenas de pura interpretación, como las de la seducción. Es una comedia de siempre pero rodada con mucha inteligencia.
LTD. ¿Qué proyectos cinematográficos tiene para el futuro? Sabemos que a finales del mes de noviembre vendrá la película Juntos, nada más, film precedido por un gran éxito en Francia. Y también sabemos que se baraja la posibilidad de que interprete a Coco Chanel en un biopic que se está escribiendo sobre ella.
AT: Es cierto. En noviembre se estrenará una adaptación de la novela de Anna Gavalda, Juntos, nada más, que cuenta la historia de tres personajes solitarios que se dan cuenta de que la unión les hace fuertes. Respecto al proyecto de poder dar vida a Coco Chanel resultaría estupendo, si finalmente el proyecto sale adelante. El personaje me interesa muchísimo, me parece fascinante, y sería realmente como un sueño.
LTD. Hablando de sueños. Pese a su juventud usted ha interpretado un sinfín de personajes: mujeres bondadosas como Amélie, chicas no tan buenas, como Irène, e incluso ha sido la descendencia viva de María Magdalena. Con todos estos registros ¿hay algún papel que todavía no haya interpretado con el que sin embargo siempre haya soñado?
AT: Absolutamente no, nunca he tenido sueños respecto a futuros papeles, y eso hace tan genial que me propongan nuevas interpretaciones. No obstante, reconozco que espero con ilusión poder interpretar a Coco Chanel, dar vida a ese personaje sí que me entusiasmaría.
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