Octubre cada vez tiene más presencia en la cultura popular como el mes del terror. Halloween y su iconografía han terminado absorbiendo al día de Todos los Santos, el único que se dedicaba a rendir homenaje a los muertos ha pasado a tener un mes entero. 

            El cine del género de terror es el predilecto de esta época, las obras muestran miedos generalizados a lo desconocido, a la muerte en sus diversas facetas, a lo místico y esotérico y, por supuesto, a la violencia, la cual es llevada al extremo desde más o menos la década de los setenta, creando el subgénero del gore tan popular en la actualidad.

            

El terror posee una gran capacidad de evasión al recurrir a un sentimiento muy primario: el miedo, el cual está habitualmente provocado por una amenaza de algo o alguien desconocido. En unas ocasiones serán sobrenaturales y en otras no, como los asesinos en serie. De entre lo primero, lo sobrenatural, estaría dentro de los términos en los cuales se hallan el terror y la fantasía.

En este ámbito se encuentran los referentes literarios decimonónicos que sentaron las bases de un terror especial: el gótico. Obras como Los misterios de Udolfo, Drácula, Frankenstein, El fantasma de la ópera, entre otras, forjaron los cimientos del género cinematográfico. Unas obras donde el romance, el miedo, lo fantástico eran algunas de las características recurrentes.

            En el terror gótico la estética y el departamento artístico poseen una especial relevancia, así como la iluminación, heredada del expresionismo alemán cinematográfico. Así estos elementos literarios y estéticos se ven fusionados en el género. 

Uno de los más destacables representantes actuales es Tim Burton, en sus obras se hallan presentes estas características junto a su personal estilo. De sus películas más representativas sobresale Eduardo Manostijeras donde trae a un cuento características que se forjaron en el Frankenstein  de James Whale, quien incluyó una tipología del género: el sentimiento que despierta un monstruo inocente  que es víctima de la sociedad.

            Así arquetipos, historias y atmósferas del terror gótico y sus inicios se mantienen vigentes en la actualidad, en ocasiones de manera afortunada como en la obras de Burton y en otras menos, no obstante, la influencia del pasado continúa en el presente.