Recién dejada la festiva Navidad saboreamos aún el empalago del evento consumista que le sucede: San Valentín, un día especialmente dedicado al amor que ocupa un mes entero e innumerables películas con su temática recurrente. En el cine, habitualmente, el romanticismo ha sido la línea más común a seguir. Sin embargo, en ocasiones se torna diferente como sucede en Con faldas y a lo loco (Dir. Billy Wilder, 1959) una de las mejores comedias de la historia que desencadena una locura de acontecimientos hilarantes a causa de un asesinato pertrechado por unos gánsteres en la ciudad de Chicago el día de San Valentín y presenciado por dos músicos en paro, Joe y Jerry, los cuales se verán obligados a una huída alocada transformándose camaleónicamente en dos bellas mujeres, para así unirse a una banda de música femenina. El transformismo de ambos actores fue el motivo por el cual se rodó en blanco y negro, para que el maquillaje no resultara ridículo y sus disfraces fueran creíbles.
La obra es un homenaje a los diversos géneros de la comedia, pero también a las antiguas películas de gánsteres, sólo que en clave cómica. Asimismo, homenajea a las mujeres, una obra feminista, que mete a dos hombres en la otra piel, la de dos chicas jóvenes y atractivas y a todo el universo machista al cual deben enfrentarse día a día, desde los mencionados en la obra tacones finos e infinitos hasta los tocamientos indebidos.
La película posee innumerables detalles que la convierten en única. Mordaz como pocas, requiere de la destreza de la memoria y la observación por parte del espectador, el cual si suma año de la trama, 1929, cuidad, Chicago y día, 14 de febrero, obtiene la fecha de la conocida como Matanza de San Valentín realizada por Capone. Con faldas y a lo loco es mucho más que una película de referencias al cine dedicado al hampa. El sexo, el amor y la conveniencia (o inconveniencia) del enamoramiento, son sus temas principales.
De los dos hombres disfrazados de mujeres: uno continuará siendo el mujeriego insaciable que era. Joe (Josephine) Toni Curtis, será el conquistador-embaucador nato. El otro, Jerry (Daphne), con un magistral Jack Lemmon bajo la piel, termina por creer ser esa fina señorita a la cual interpreta. Él es quien baila uno de los tangos más inolvidables junto a su pretendiente Osgood, un multimillonario al cual acepta en matrimonio dado que es un buen partido para “ella” (Daphne), además para una chica en su situación es un sueño al que sólo se puede aspirar. Será el personaje de Osgood (Joe E. Brown) y Daphne confesándole ser Jerry al final de la obra, quienes darán pie a uno de los desenlaces y frases más conocidos del cine: «Nadie es perfecto», no dejando ni el final libre de comicidad.
Una gran película con un rodaje sonado. Sobradamente sabido es lo complicado que fue trabajar con Marilyn Monroe. Pese a todo el resultado fue espectacular y ella interpretó a Sugar Kane tan triste y melancólicamente como sólo ella podía hacer, con su famosa caída de ojos por bandera. Sugar es una joven con problemas con el alcohol y dada a terminar enamorada de hombres que ni la quieren ni la comprenden, ellos la llevaron directamente a la bebida. Ella y su pequeño ukelele forman parte de esa banda de música femenina en la cual se enrola.
Tres años y dos películas después (la última se suspendió debido a su despido) la actriz se suicidaría, como versión oficial de su muerte, ya que la leyenda que ello generó sigue estando muy presente y en duda. El mito no había hecho nada más que empezar.
2 comentarios
José Agustín Reyes. 24 marzo, 2018 at 10:46 pm
En primer lugar me gustaría daros la enhorabuena por el blog, lo conozco porque Lucía Tello ha sido profesora mía en la UNIR.
En cuanto a la entrada, he decir que no me gustaría caer en el tópico de cualquier tiempo pasado fue mejor, pero en este caso indudablemente es así, ya no se hacen comedias como esta, en una época que los fx priman sobre todo lo demás, Billy Wilder demuestra que con muy poco se puede conseguir mucho, cercano a él situaría el cine de Ernst Lubischt que a mí me acompañó durante mi adolescencia y me marcò.
Hace pocos días volví a disfrutar de Con faldas….. Y comprobé que por mucho tiempo que pase no pierde frescura y es que «nobody’s perfect» nadie excepto san Billy Wilder.
Saludos
La Firma 6 abril, 2018 at 7:34 am
¡Muchísimas gracias, José Agustín! Los alumnos de Lucía son muy bienvenidos en TodoEsCine. «Con faldas y a lo loco» es una auténtica obra maestra y siempre es un placer revisarla para descubrir nuevos matices. ¡Un saludo!