Todo lo que verdaderamente importa al final
es que hayas amado.
Regina Brett
Queridos amigos de Todo es cine:
Un placer volver a estar con vosotros, y de manera muy especial en estas fechas tan entrañables, las Navidades. Hoy me gustaría hablaros de dos películas que, de alguna manera, se parecen, y al ver una de ellas (la más joven en el tiempo), me recordó otra que es preciosa, y que me gustaría comentar con vosotros.
Lady for a Day. Frank Capra. 1933. Columbia Pictures Corporation |
Empezaré con Dama por un día (1933, Frank Capra). Inspirada en el cuento Madame la Gimp de Damon Runyon, dio lugar años después a Un gángster para milagro (1961), también de Capra y protagonizada por Bette Davis y Glenn Ford. La historia transcurre en Nueva York, donde una mujer, Apple Annie (May Robson) vende manzanas. Uno de sus incondicionales clientes es Dave “the Dude” (Warren William), un hombre que acoge con agrado las manzanas pues cree que le dan suerte. Ninguno de los dos sabe lo importante que van a ser en la vida del otro. Un día Apple Annie se encuentra con la noticia de que su hija Louise (Jean Parker), una chica estudiosa que no conoce para nada el tipo de vida que lleva su madre, regresa de España para estar con ella unos días. La desesperación de Annie es inmensa, pues una mujer que vive en la calle cómo puede presentarse así a su hija. Esto llega a oídos de Dave, y entre todos traman una farsa en la que Annie se convierte en una gran dama. Y ahí comienza la ilusión.
La otra película, la que evocó esta anterior, es Una casa para Navidad (2006, Gail Harvey). La trama es también la de una mujer, Julie (Linda Hamilton), que después del divorcio se queda con su hija, pero que por avatares del destino tiene que llevarla a estudiar fuera, ya que en su ciudad, y en su instituto, tenía problemas. Julie acabó durmiendo en su coche y comiendo lo que le daban. Intentó volver a tener un trabajo, estudió para agente inmobiliario y encontró a Max (Campbell Lane), padre de Michael (Rob Stewart) un médico que cuando conoció su historia, al igual que en la película anterior, ayudó a la madre ante el regreso de su hija. Ella se buscó una casa vacía e intentó llenarla de unos pocos muebles; vendiendo las joyas de poco valor, pero mucho para ella sentimentalmente, pudo dar a su hija una Navidad.
Si es de un cuento, me parece muy bonito en Navidad, pero fuera de ese espacio cinematográfico, cuántas madres y padres intentan dar más de lo que pueden, que no quieren disgustar ni entristecer momentos muy difíciles, que saben que pasarán, o no. Pero el “amor” no sé qué tiene, es una fuerza, algo tan grande, que no se puede explicar con palabras. Sólo sabe hablar de amor quien ama mucho y bien.
Por eso, a todos los héroes y heroínas un beso muy fuerte y un gran aplauso: lo más importante en esta vida es haber amado, como reza la máxima. Seguro que no te equivocas.
Con todo el cariño, para todos desde este especial tan «especial». Feliz Navidad.
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