Título original: Three Billboards Outside Ebbing, Missouri
Dirección y guion: Martin McDonagh
Año: 2017
Música: Carter Burwell
Fotografía: Ben Davis
Reparto: Frances McDormand, Woody Harrelson, Sam Rockwell, Lucas Hedges, Peter Dinklage, John Hawkes, Abbie Cornish, Caleb Landry Jones, Brendan Sexton III, Samara Weaving, Kerry Condon, Nick Searcy, Michael Aaron Milligan, Lawrence Turner, Amanda Warren, William J. Harrison, Sandy Martin, Christopher Berry, Zeljko Ivanek
País: Estados Unidos
Duración: 112 minutos.
Productora: Coproducción Estados Unidos-Reino Unido; Blueprint Pictures. Distribuida por Fox Searchlight
Estreno en España: 12 de enero de 2018.
A la belleza de lo grotesco se le llama sublime y, sin duda, pocas películas pueden resultar más sublimes que Tres anuncios en las afueras. Esta cinta, que corta la respiración deliberada y cruelmente, lo hace de un modo maquinal, bien urdido, enfrentando al espectador con cuantos dilemas morales pueda imaginar: qué es el bien, qué es el mal; hasta qué punto el uno justifica el otro; por qué el segundo debe condenar al primero. Que nadie busque maniqueísmos en Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, no los encontrará, ni siquiera un ápice de interés por resolver un conflicto ético de primera magnitud. Por qué mascar y deglutir un mensaje, habrá pensado Martin McDonagh, para qué si el espectador puede pensar por sí mismo. Y ese pensamiento, guiado demencialmente por McDonagh, se encamina hacia un relato que constituye, con diferencia, el mejor western de los últimos tiempos, uno de esos dramas fordianos que remiten a Centauros del desierto y que claman justicia, más humana que divina, mezclada con altas dosis de ira. Mucha ira.
Tres anuncios aparecen en sendas vallas en las afueras de Ebbing, Missouri. Su texto no puede ser más explícito: “Violada mientras moría”, “¿Todavía sin detenciones?”, “¿Cómo es posible, sheriff Willoughby?”. Tres mensajes que todo tienen de estomagante. Aún alcanza cotas de mayor demencia cuando se descubre que han sido redactados por Mildred Hayes (Frances McDormand), una madre cuya hija fue brutalmente violada y asesinada ocho meses atrás. Desde entonces nadie, absolutamente nadie, ha sido detenido. No hay pistas, no existen indicios de quién puede ser el culpable y a nadie parece importarle.
Hace tiempo que el sheriff Bill Willoughby (Woody Harrelson) ha tirado la toalla ante la dificultad del suceso, sin pistas no hay caso. Pero a Mildred esa explicación no le es suficiente, ella quiere justicia, justicia incluso de un sheriff que está condenado a muerte por su cáncer pancreático. Bajo su mando está el oficial Jason Dixon (Sam Rockwell), un agente del que es sabido su racismo recalcitrante y sus torturas a ciudadanos afroamericanos. Molesto por la persecución al sheriff Willoughby, Dixon comenzará su personalísima caza de brujas contra Mildred, allanando el camino para que el condado entero se oponga a su lucha. En menos de un mes, el equivalente al primer pago de las tres vallas publicitarias, Mildred tendrá que descubrir el modo de encontrar al culpable, de salvaguardarse de la intransigencia social y de sobrevivir a su propio dolor.
Brutal, brillante y dolorosa como la vida misma, Tres anuncios en las afueras es una obra maestra, una suerte de western con una Frances McDormand fordiana y sublime. Con un guion que bebe de las entrañas de un país hastiado del abuso y de la hostilidad, se nos propone una heroína tan delirante como épica, dispuesta a defender la justicia por encima de la cordura, de la mesura y hasta de los derechos civiles. Por los ojos cansados de Mildred, cedidos magistralmente por McDormand, se suceden las desgracias sin soterramiento ni clemencia, en un juego asfixiante en el que Martin McDonagh nos ofrece a dentelladas realidad y violencia.
La generosidad interpretativa de McDormand se ve extrañamente completada por unos antagonistas Sam Rockwell y Woody Harrelson convertidos en auténticos protagonistas. Imposible concebir una película en la que el único bastión de ayuda sea un depredador.
Tan inquietante como soberbia, la conmoción que les supondrá su guion completamente febril ya es de por sí justificativo para ir a verla. No pierdan la oportunidad de contemplar Tres anuncios en las afueras, una historia de redención en la que no hay paz para las víctimas, ni la habrá nunca para los malvados.
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