Leslie’s got eyes of the bluest sky
Una de las características del cine es la capacidad de sorprenderte cuando menos te lo esperas. Un tráiler interesante mientras ves otra película, una entrevista a su protagonista que cuenta apasionado todo lo que significa para él su próximo estreno, puede ser suficiente para lanzarte a verla y pagar la entrada. Es cierto que, en este caso, el título no te inspira ninguna confianza. Captain Fantastic. O Capitán Fantástico. Suena a la enésima película de superhéroes, tan a la moda en los últimos tiempos. A uno que no conoces pero que temes que en breve, Hollywood, va a empezar a explotar más y más, y del que, cuando esté gastado, sacarán secuelas tituladas con otro nombre para despistarte; algo del estilo »El Caballero de la Naturaleza» o parecido. Nada más lejos de la realidad. Captain Fantastic es una de esas películas diferentes, que tiene un mensaje que no está claro, que logra por momentos emocionarte y dibujarte una sonrisa y que en otros te deja un sabor sombrío poniendo en evidencia muchos aspectos negativos que existen en el mundo en el que vivimos. Ahora que salen las nominaciones de los Oscar y que se olvidan casi por completo de esta película (¿nominación al guión para La La Land y esta no?), es el momento de hablar de ella y recalcar lo bonito que es el cine que te hace replantearte todo.
Captain Fantastic empieza contándonos el estilo de vida de una familia formada por el padre, Ben, y sus 6 hijos (Bo, Vespyr, Kielyr, Rellian, Zaja y Nai). Es una familia norteamericana, pero su día a día no tiene nada que ver con cualquier modo de vida imperante en la sociedad occidental. Para empezar, hay que destacar que la familia vive en una cabaña en un bosque, y su jornada empieza con una salida a cazar para después realizar un entrenamiento físico y de técnicas de autodefensa y supervivencia. Tras ello, las tardes las dedican a actividades de entrenamiento del intelecto: estudio de ciencias, literatura, música, economía y filosofía. Todo ello bajo la premisa de que, al vivir apartados de la sociedad, no se »intoxican» de los aspectos negativos de la cultura capitalista y pueden desarrollar un modo de vida idílico, en el que prima vivir sano, ser capaz de sobrevivir por ti mismo y en aprender por el mero hecho de conocer el mundo en el que vives sin los sesgos de la sociedad.
Pero esta situación cambia cuando comunican a Ben que su mujer, Leslie, que estaba ingresada en un centro psiquiátrico cerca de la casa de sus padres, se ha suicidado. Aquí se pone de manifiesto los problemas derivados del rompedor estilo de vida de la familia, y como los padres de Leslie, Jack y Abigail, no aprueban en absoluto las decisiones tomadas por su hija y Ben en ese sentido. Los padres de Leslie comunican que van a hacer una ceremonia funeraria tradicional cristiana. Sin embargo, Leslie era budista, y dejó escrito en su testamento que quería ser cremada en una ceremonia algo especial. Por ello, Ben y sus hijos ponen dirección hacia dónde se encuentran los restos de Leslie para tratar de hacer cumplir su voluntad, siendo este el momento en el que los hijos van a tener uno de los primeros contactos con el mundo en el que viven.
Sweet Child O’ Mine
Con esta premisa, en la que se busca ver el choque de una familia educada de esta forma particular con el mundo real, se enfrentan dos modelos distintos de vida. Pero, ¿es posible una sociedad educada como la familia de Ben? La respuesta es sí. Pero, dada la sociedad actual, ¿se puede llevar a cabo de este modo?
Un aspecto interesante de Captain Fantastic es que no te da ninguna conclusión cerrada. Te plantea situaciones en las que se ven aspectos positivos, pero también los negativos. Y deja al espectador que saque sus propias conclusiones. Por ello, sin más dilación, voy a tratar de agrupar esos aspectos positivos que he encontrado en la película y los aspectos negativos de esta forma de educación. Antes de todo, quiero decir que la película exige colaboración para afrontar su planteamiento, y que obviemos algunos detalles, como que para vivir así es necesario también tener dinero, o que Ben es un personaje idealizado en el sentido de que tiene unos conocimientos en cualquier ámbito absolutamente increíbles. Como digo, tratemos de entrar en el juego que nos plantea. Pero antes, recomiendo leer el resto con Sweet Child O’ Mine de Guns N Roses de fondo. Leslie lo hubiera querido así.
Everything that is fresh as a bright blue sky
Hay diversos momentos en la película que, aunque a mí me parezcan positivos con respecto a la educación que han recibido los hijos de Ben, pueden no parecérselos al resto de los lectores. Por ello, con objeto de que se entienda mejor mi punto de vista, me parece pertinente hacer reflejar la impresión que tengo sobre la educación que he recibido en mi vida.
En general, siempre he tenido la sensación de que los aspectos más culturales tienen poca importancia en el sistema educativo, mientras que priman los más pragmáticos. Las matemáticas, la física, la química, son disciplinas muy importantes porque nos permiten comprender como funciona el mundo en el que vivimos. Pero si tienen tanto peso en el sistema educativo no es por ese motivo, sino porque saber de estas ciencias es más útil de cara al mundo laboral de la sociedad capitalista. No quiero decir que eso sea algo negativo; al fin y al cabo, es el tipo de sociedad en el que vivimos, pero no deja de ser cierta la sensación de descuido que hay, por ejemplo, con respecto al arte o la filosofía. Desde el profesor en primaria que no te daba la hora de plástica para darte otra materia, pasando por el mínimo papel de la música a lo largo de nuestra formación y continuando con que ahora puedes acabar el bachillerato sin tener ninguna noción de filosofía. El arte y las expresiones artísticas son características de los humanos y, descuidándolas así, vamos encaminados a convertirnos en máquinas. Pero, claro, del arte, de la filosofía, hoy en día es muy difícil vivir y comer. Entonces, aquí hago mi reflexión: la educación, ¿debe adaptarse al mundo en el que vivimos o debe de tratar de moldear la sociedad a algo mejor?
Ese algo mejor para mi son los valores con los que se han educado los hijos de Ben. Saber la historia del mundo con todo tipo de detalle, conocer cómo funciona la sociedad, las distintas corrientes filosóficas perfectamente, leer libros y analizar su contenido, saber expresar emociones con un instrumento, son tareas que pueden no tener utilidad tangible, pero son aspectos que nos ayudan a realizarnos como seres humanos. Nos ayudan a encontrar el equilibrio emocional necesario para ser felices sin ser engañados o manipulados, entendiendo las maravillas de los seres humanos pero también sus limitaciones y problemas. Conocer la realidad que nos toca vivir, ¿no debería ser el objetivo de todas las peronas? En este sentido, los que han visto la película podrán suponer que uno de los momentos que más disfruté fue cuando, en el camino hacia »Rescatar a Mamá», Ben y sus hijos se quedan en la casa de sus tíos y primos. Y se produce el contraste. Unos hijos normales (primos) vs los hijos de Ben. En los primos nos podemos reconocer todos nosotros, no en su totalidad, pero si en ciertos aspectos: desde la falta de respeto hacia los padres, pasando por el uso descomedido del teléfono móvil o el interés en los videojuegos. Todas esas actividades encaminadas a que no pensemos y que todos realizamos de un modo u otro. Todos esos valores, en los que sabemos que son unas Nike o unas Adidas y no tenemos ni idea de que dice la Constitución de nuestros propios países. Y, encima, si hay alguien que no sabe lo de las zapatillas, le miramos con cara de sospecha.
Otra escena también importante está relacionada con las tradiciones. El objetivo fundamental que mueve a los protagonistas de la película de cumplir la voluntad de su madre choca con las tradiciones funerarias mayoritarias. Y es cierto que si me preguntaran qué me parece una película en la que al final incineran a la madre de los niños mientras cantan éstos su canción favorita para tirar a continuación las cenizas por el inodoro, pienso que qué clase de majadería es esa. Pero una virtud de Captain Fantastic es que a medida que avanza te vas empapando de los personajes y te vas cuestionando todo, de tal forma que poco a poco vas entendiendo que lo que consideramos tradición y lo que »hay que hacer» no deja de ser una convención social mayoritaria. Al igual que socialmente está bien visto hacer los entierros así, también podría ser que, en un universo paralelo, lo normal sea hacerlos siguiendo otros ritos. ¿Hacer algo que sea minoritario en una sociedad está mal? En absoluto.
Y algo parecido puede pasar con la celebración del día de »Noam Chomsky» por parte de la familia de Ben, a lo que uno de los hijos le pregunta por qué no celebran la Navidad como todo el mundo. Hay muchas familias, que incluso sin ser religiosas, celebran la Navidad porque es la »tradición». Realmente, poco se puede objetar al argumento que da Ben de por qué celebran el día de Noam Chomsky y no la Navidad. Y es que no pasa nada por cuestionarnos nuestras tradiciones, y cambiarlas por otras con nuevos significados. Falta madurez a nivel general en ese sentido.
The thunder and the rain
Pero no todo es un camino de rosas. Como dije antes, Captain Fantastic te capta ciertos aspectos positivos de este estilo de vida diferente, pero también hace hincapié en algunos negativos. Hay tres problemas principales derivados del estilo de vida de los protagonistas: lo primero de todo, los hijos no conocen la sociedad real, por lo que no han podido elegir no pertenecer a ella como si hace Ben. El segundo aspecto es que los hijos no dejan de ser a ojos de la sociedad una suerte de bichos raros, sin saber relacionarse con el resto. Y el tercero está relacionado con el radicalismo del planteamiento.
El primer problema se pone de manifiesto cuando el abuelo de los chicos tiene la disputa con Ben por la custodia de los hijos. En el fondo, Jack quiere ofrecerles el estilo de vida imperante, y los hijos no dejan de tener dudas porque es cierto que ellos no han elegido la forma de vivir de Ben. Eso se pone de manifiesto con uno de los hijos, Rellian, pero también con el mayor, Bo, que junto a su madre y a escondidas de Ben trata de buscar alguna Universidad en la que inscribirse. Aunque al final de la película, acaba pesando más la continuación con el estilo de vida que llevaban, no deja de ser cierto que, en cierto sentido, los hijos no han sido libres a la hora de elegir.
El segundo se pone de manifiesto con la interacciones que tiene Bo con los personajes femeninos. La película te hace pensar que no ha mantenido mucho contacto con mujeres más allá sus hermanas y su madre, por lo que a la hora de relacionarse ya de entrada le cuesta mantener la calma. Pero a la hora de hablar, resulta evidente que no tiene ni conoce los intereses del resto de chicas normales, lo cual es un obstáculo bastante insalvable en ese sentido. Aquí nuevamente entramos en el terreno sobre si estar aislado del mundo es un precio adecuado a pagar por tener ese estilo de vida. Y el tercero, durante la película se deja caer que el hecho de vivir así no es del todo compartido por Leslie, algo que es probable que influyera en un empeoramiento de su enfermedad. Esto se aprecia con los reproches de los hijos y en cómo trata de que Bo vaya a la universidad. No se dice claramente en ningún momento de la película, pero Leslie parece que quiere dar a sus hijos una educación distinta pero no tan radical como la que plantea Ben. De hecho, al final de la película y tras admitir Ben sus fallos, parece que la familia se muda a una granja y los niños empiezan a ir al colegio, logrando encontrar un término medio en el que en casa se priorizarían otros aspectos y no se pierde la función social de la escuela.
Where do we go now?
El año 2016 nos ha dejado grandes películas, pero para mí no hay ninguna que vaya ser tan especial como Captain Fantastic. Es muy difícil verla y que no te acabes cuestionando ideas que, hasta ese momento, tenías interiorizadas como dogmas. Todo ello sin tratar de convencerte de una postura determinada, sin dártelo mascado y sin que el director trate de convencerte sobre qué es lo adecuado.
¿Debe adaptarse la educación a la realidad en la que vivimos o debe moldear a la sociedad a algo mejor? Yo considero que el objetivo que tiene que tener la educación es fomentar el conocimiento y tratar de que los seres humanos puedan realizarse, porque se podrá priorizar el modelo de sociedad imperante ante todo, pero no dejaremos de ser personas robotizadas y que muy difícilmente vamos a tener una vida satisfactoria y plena. Esa debería ser, ante todo, la meta. Y el medio es el conocimiento: sólo conociendo el mundo que nos rodea y a nosotros mismos podremos hacerlo. ¿Cómo se podría hacer? Con un sistema que priorice muchos de los valores de Ben a la hora de educar a sus hijos. ¿Se podría hacer como en la película? No, porque realmente los hijos de Ben no están adaptados para vivir en sociedad y no van a dejar de sentirse como unos bichos raros. Quizás la clave en estas circunstancias a nivel individual sea ese término medio que deja la película en su final. Porque es evidente que el cambio, de producirse, tiene que ser a nivel más poblacional.
Estas perspectivas son tristes, pero uno no puede evitar agradecer películas como Captain Fantastic que te permitan soñar con otra forma de hacer las cosas. Ojalá la sociedad fuera en esta vía. Pero mucho me temo que vamos justo en la dirección contraria.
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