Llega el calor, el verano un tiempo en el cual podemos soñar con esas playas tropicales paradisíacas y totalmente desiertas en las cuales perdernos, nada más lejos de la realidad, mientras terminamos apiñados unos junto a otros batallando por poner nuestra sombrilla cual bandera triunfal en tierra conquistada. Pero no solo de playas se nutre nuestra imaginación en esta época, Egipto su ancestral conocimiento, sus antiguas pirámides, sus misteriosas momias y los secretos de parte de su cultura aún por descubrir, resulta un buen lugar para perderse. Las posibles aventuras que evoca hacen de él un país habitual en el cine del género, siendo de los más comunes por su escapismo, junto con Camboya o Petra entre otros.
A él, a sus pirámides, a sus faraones y a sus momias dedicamos este mes de cine. De entre la larga filmografía que toca esta cultura se encuentra Adèle y el misterio de la momia (2010, Dir. Luc Besson) una película basada en los cómics de los años 60 de Jaques Tardi. En ella se narra la aventura que corre la periodista Adéle Blanc-Sec al intentar recuperar y revivir a la momia del médico de Ramses II, para que, con sus avanzados conocimientos de medicina, logre curar a su hermana gemela, Agathe, que vive en estado catatónico tras un accidente acontecido durante un partido de tenis que ambas disputaban. La trama se complica con el nacimiento de un pterodáctilo gracias a la técnica del profesor Esperandieu, quien ha descubierto como devolver la vida a los muertos.
Imagen de “Adele y el misterio de la momia” – Copyright © 2010 Europa Corp., Apipoulaï y TF1 Films Production. Fotos por Magali Bragard. Distribuida en España por TriPictures. Todos los derechos reservados.
La intrépida y aventurera periodista tendrá, entre otros, a Patmosis como compañero del viaje heroico que realiza, una momia que trajo desde Egipto y quien resulta ser ingeniero y no médico. Este extraño amigo, caracterizado por una buena educación, amabilidad y dulce comportamiento, será quien ayude a la joven a lograr su propósito. La acción transcurre entre Egipto y París de principios del siglo XX, dos ciudades arquetipo del audiovisual. Contenida, además, la primera civilización en la segunda, dado que hay una gran exposición de Ramses II y de las momias en el Louvre.
El Egipto mostrado es el habitual en las películas, un lugar caluroso donde abundan las aventuras y los riesgos que la caza del tesoro conlleva (la momia Patmosis en este caso es el tesoro a recuperar). Donde unas cámaras funerarias llenas de trampas son únicamente descifrables y salvables para la protagonista. Sin embargo, algo muy característico cambia considerablemente en esta cinta, y es la momia. Habitual antagonista y obstáculo del héroe, es ahora su aliado y compañero de aventuras. Sin el encantador Patmosis y, por extensión, el faraón y el resto de las momias que se encuentran en París, Adèle jamás habría logrado su fin heroico, son ellas quienes ayudan a la joven.
Imagen de “Adele y el misterio de la momia” – Copyright © 2010 Europa Corp., Apipoulaï y TF1 Films Production. Fotos por Magali Bragard. Distribuida en España por TriPictures. Todos los derechos reservados.
Por otra parte, el héroe aventurero normalmente en su misión de servir y proteger, abarca más que su último fin, protegiendo también a su compañía, como siempre hace el intrépido Indiana Jones. Pero en el caso de Adèle, el bienestar del profesor Esperandieu, su amigo, únicamente le importa para lograr su propio objetivo: que ayude a su hermana. Este tipo de personajes aventureros suelen esconderse a los ojos de su mundo ordinario tras una ocupación común que oculte su verdadera identidad y razón de ser, algo parecido a los superhéroes. Indiana es profesor, Evelyn Carnahan es bibliotecaria (La momia, 1999, Dir. Stephen Sommers) y Adèle periodista. Representa a una mujer intrépida, moderna, sofisticada, es la nueva mujer que exigía sus derechos a principios de siglo, independiente y autosuficiente ya que no necesita de ningún hombre que la rescate, es más, vence a todos los antagonistas masculinos en su aventura en Egipto, y los que la ayudan están subordinados a ella en la historia, no son sus salvadores.
Una aventura diferente, en clave de comedia francesa, donde el humor se sucede incluso en los momentos más inesperados. En ella, Egipto y las momias se mezclan con París y los pterodáctilos, los monstruos asesinos de otras películas pasan a ser personajes benefactores en esta, los animales prehistóricos poco más que pollos grandes que ayudan a la heroína, y los secundarios que se interponen en su camino, caricaturas hilarantes.
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