El cuerpo, si se le trata bien,
puede durar toda la vida.
Noel Clarasó
¡Nuestro cuerpo! Nos viene como anillo al dedo para el tema que vamos a iniciar, ya que el séptimo arte lo trata recordándonos una de las facetas a las que en el verano nos dedicamos, quizá por estar de vacaciones, a cuidar y mimar más. El cine no está fuera de esta realidad y nos lo enseña mediante películas como Fuera de carta, American Cuisine, Deliciosa Martha, Sin reserva o Ratatouille.
Ratatouille (2007), producida por Pixar Animation Studios y Walt Disney Pictures. Distribuida por The Walt Disney Company. Todos los derechos reservados. |
El comer y la grata satisfacción que produce, no desde el punto de vista delcomensal, sino del restaurador, es un tema recurrente en el cine. Con una gran pasión, parecida a la paleta del pintor, el chef pone en platos un paisaje de colores, de vida, apetecible y maravilloso; su existencia gira alrededor de la comida desde la compra, con la dedicación completa del “autor”, hasta el paladar del mejor gourmet. Cada una de las películas habla de los sentimientos de sus protagonistas, de cómo llegaron a su dedicación, qué les empujó a una vida que les pone en jaque todo el tiempo y en cada uno de esos platos que se sirven con una buena botella de vino. Esta pasión se ve reflejada en sus amores tormentosos y en sus vidas al límite.
Imagen de «Fuera de carta» – Copyright © 2008 Canguro Producciones y Antena 3 Films. Fotos por José Haro y Marino Scandurra. Distribuida en España por Warner Bros. Pictures International España. Todos los derechos reservados.
Así sucede en Fuera de carta (2008, Nacho García Vellilla), donde nos presentan la vida de un hombre (Javier Cámara) que se ve sorprendido por la muerte de su ex (Cristina Marcos), y debe hacerse cargo de sus hijos. El lío sentimental que le supone con su actual pareja y la problemática del perfeccionismo que impone en su restaurante, hacen que pierda muchas cosas buenas de su vida. A pesar de todo esto es una película alegre, viva, que te puede hacer sonreír, con un final feliz. Es un buen momento para volver a verla si no la habéis visto ya. Javier Cámara como siempre está excepcional, y es el plato fuerte junto a sus compañeros de reparto.
Imagen de «Deliciosa Martha» – Copyright © 2001 Nirvana Films. Todos los derechos reservados.
American Cuisine (1998, Helen Shaver), es parecida a la anterior y nos enseña el mundo de la cocina muy desde dentro, con todo lo que eso conlleva. Muestra además el conflicto entre un padre y su hija, aunque también con un bonito final, muy fresca para este verano. Deliciosa Martha (2001, Sandra Nettelbeck), así como su remake Sin reservas (Scout Hicks, 2007), nos narra la historia de una mujer exigente y trabajadora al límite, cuya cocina es el único sitio donde se siente segura y feliz. Aunque ella manda, la vida le trae la sorpresa de atender a su sobrina, ya que su hermana ha muerto. También aquí surgen los sentimientos encontrados, las pasiones, pues aparece el hombre de su vida, dando un giro a su mundo, donde debe encajar todo lo que le va sucediendo. Ésta también es una película ligera, y que se puede degustar estupendamente en estas fechas.
Por su parte Ratatouille (2007, Brad Bird), es una película asombrosa para niños y mayores, que no deja en absoluto indiferente, y es una buena forma de poder llevar a los niños a otro sitio, como los fogones, donde puedan apreciar el placer de comer y cocinar.
Ya Lucio Anneo Séneca, en el año cuarto antes de Cristo, decía en su tratado Sobre la felicidad:
“Pero también el alma –se dice- tendrá placeres. Téngalos en buena hora, y eríjase en árbitro de la sensualidad, de los placeres, llénese de todas las cosas que suelen encontrar los sentidos, después vuelva los ojos al pretérito y, al acordarse de los placeres pasados, embriáguese con los anteriores y anticípese a los futuros”. Aparte sus esperanzas y, mientras el cuerpo se abandona a los festines, presentes, ponga pensamiento en los futuros; tanto más desdichada me parece por ello, pues tomar lo malo por bueno es locura: y sin cordura nadie es feliz, ni es cuerdo aquel a quien apetecen las cosas dañosas como si fueran mejores. Es feliz, por tanto el que tienen un juicio recto; es feliz el que contento con las circunstancias presentes, sean las que quiera, y es amigo de lo que tiene, es feliz aquel quien la razón es quien da valor en todas las cosas de su vida”.
Me parece estupendo que las personas que puedan ir a degustar estos platos y sus restaurantes maravillosos lo hagan y lo disfruten, ya que hay allí gente estupenda, como lo hemos visto en el cine. Pero no olvidemos que para todos los bolsillos no están preparados, y por lo tanto, como nos enseña el sabio de Séneca, seamos coherentes con nosotros mismos y con nuestra propia cuenta corriente, para que no haya sustos a la vuelta. Además no me negaréis que unas sardinas en el chiringuito no pueden hacer las delicias de cualquier paladar.
Muchas gracias por vuestro cariño, os deseo unas felices vacaciones y un feliz agosto.
Desde la mecedora.
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