Hablamos mucho de nuestra sed de amor.
Pero casi siempre creemos que es lo menos importante.
Erich Fromm

Queridos amigos de Todo es cine:

Un placer volver a estar con todos vosotros. Empezamos mes y, como es un período que dedicamos a San Valentín y a los enamorados, todo parece lleno de corazones y de flechas de Cupido. Cierto día, departiendo acerca de las películas de parejas famosas en la gran pantalla, me percaté de que desde hace poco tiempo, nos intentan desmitificar a las parejas que en su momento funcionaron bien como “enamorados”. Si os apetece, podemos ahora reflexionar todos sobre ello, podéis mandar vuestras opiniones a nuestra página y estaremos encantados de poder comentarlas todos juntos.

Desde siempre el cine ha tenido parejas extraordinarias que nos han acostumbrado a ir creciendo con ellos, les acompañábamos según se iban haciendo mayores, como fue el caso de Spencer Tracy y Katharine Hepburn, que protagonizaron gran número de películas incluso de mayores. En La costilla de Adán aunque peleaban, la pareja acababa bien, al igual que cuando vino a cenar Sydney Poitier en Adivina quién viene a cenar esta noche.

La Costilla de Adán (1949, George Cukor), producida por Loew’s Incorporated, y distribuida por Metro-Goldwyn-Mayer (MGM). Todos los derechos reservados.

Siempre ha habido parejas con gran química, como Doris Day y Rod Hudson o infinidad de ellas, incluso el Gordo y el Flaco. Pero llegó una época en la que, por alguna razón, se intentó desmitificar a la pareja. Es el caso de lo que fue sucediendo después de Tras el corazón verde (1984, Robert Zemeckis). En ella Joan Wilder (Kathleen Turner), tiene que irse desde su apartamento de Nueva York a rescatar a su hermana de un secuestro en Colombia. Un mapa le lleva a conocer a Jack T. Colton (Michael Douglas), y juntos tendrán una bonita historia. A esta película le sigue La joya del Nilo (1985, Lewis Teague), en la que Joan y Jack se ven envueltos en una aventura por un país de Oriente Próximo, de la que salen airosos incluso a pesar de las desavenencias que les habían hecho llevar una vida cómoda, tan distinta al modo en que la habían planeado.

Tras el corazón verde (1984), es una producción Twentieth Century Fox Film Corporation, El Corazon Producciones S.A., Nina Saxon Film Design y SLM Production Group.

En La guerra de los Rose (1989, Danny DeVito), directamente matan todo aquello que podía quedar acerca de las parejas. En la familia Rose, el marido Oliver, es un hombre caprichoso y egoísta. Su mujer, Barbara, está cansada de esperar a tener un momento para sí, viviendo siempre en pro de la carrera de su marido. Ya no hay vuelta atrás. Con una casa que cada uno cree que debe ser suya empieza una guerra de egos sin cuartel. No cabe duda, la pareja se acaba de verdad.

Este caso es muy similar al de Kate Winslet y Leonardo DiCaprio. Su relación cinematográfica empezó con Titanic (1997, James Cameron), una película imitada en un sinfín de ocasiones, cuántas veces se emuló en la proa de un barco que dos actores abrieran los brazos creyéndose los dueños del mundo. Aquella historia llenó cines y taquillas. Pero todo aquel festín de amor quedó hecho trizas en Revolutionary Road (2008, Sam Mendes). Aquí la pareja no deja lugar a la duda, se va y se va. April (Winslet) se casa con todo el amor del mundo y se va a vivir a un bonito barrio de chalets con su marido Frank (DiCaprio). Él, cansado de su vida, aburrido de su trabajo, sueña con volver a vivir, irse y no acabar como su padre. Así que planean emprender un viaje a París donde podrían vivir; ella podría trabajar mientras él estudia, y así harían su vida y volverían a ser felices. Pero todo acaba cuando Frank tiene una amante y el trabajo cambia: ya no ve todo lo malo que veía antes. Un embarazo sería entonces lo adecuado para que April  se quedase en casa y ya no hubiese más planes. El final es un poco fuerte.

Titanic (1997, James Cameron), es una producción Twentieth Century Fox, Paramount Pictures, Lightstorm Entertainment, distribuida en España por Hispano Foxfilms S.A.E.

Estas películas no tendrían un trasfondo tan duro si previamente no nos hubiesen condicionado con tanta dulzura. Por ello resultan más grotescas y sádicas. Podría escoger a otros protagonistas, pero quizá no serían casos tan impactantes.

Por eso en este mes lleno de tantos matices, todos sabemos que el amor se puede ir, que la felicidad con una persona puede ser efímera, pero hay otros que luchan, que siguen y son eternos. Hoy me han comentado que nadie advierte de que la vida es una lucha, como si no existiese. Pero sí existe, si algo tiene la vida es que es una lucha; parece sinónimo de guerra, pero también es sinónimo de esfuerzo. Y si algo representa la vida es el esfuerzo. Por ello demos toda la importancia que tiene el amor, en todas y cada una de sus etapas, porque ante todo se debe luchar y disfrutar cada día de nuestra vida, nos pongan películas dulces o nos toquen películas amargas.

Con todo el cariño, feliz San Valentín y feliz mes de febrero desde la Mecedora.

Y para nuestro amigo Ricardo y su familia un gran abrazo, pues no están atravesando su mejor momento, pero sí conocen muy bien todo de lo que estamos hablando. Ellos nos dieron una gran lección de lucha y de amor. Con todo el cariño para todos, desde Todo es cine.

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