Hay personas que no pueden pasar desapercibidas. Las hay con físicos imponentes, con carácter arrebatador, con altura desproporcionada, con sonrisa impecable. Y las hay con todas y cada una de esas características al natural, sin fingimientos, de una sola pieza. Así es Omar Sy, un metro noventa y dos centímetros de cordialidad y franqueza, de candidez templada, de humor sin amaneramientos. El protagonista de Intocable entra en la sala del Hotel ME de Madrid como su propio personaje Driss, con ese «Je ne sais quoi» tan deliciosamente atractivo que hace que parezca que va a romper a bailar «Earth, Wind & Fire» y marcarse un Boogie Wonderland. Viste gris impecable en sudadera y camiseta, ambos en tonalidades distintas de más claro a oscuro. En su cuello luce un colgante cuadrado, vacío, exactamente lo que no es él, ni un hombre gris ni cuadriculado ni tampoco vacío. A sus treinta y cinco años, con cuatro hijos y un éxito inolvidable en la gran pantalla, Omar Sy presenta ahora Incompatibles, revisión del género buddy-movie que tanto engatusó en los ochenta y que gana con el tiempo y con acento galo. Con quietud y sonrojo casi infantil se acomoda en su silla preguntando un «Comment ça va?» cuya respuesta no deja caer en saco roto las nociones de francés; «Yo no tengo ni idea de español», comenta con una honradez rayana en lo fascinante, antes de emitir un españolísimo «gracias» que deja intuir los esfuerzos por seducir de este cómico y además comediante al que pronto veremos participando en X-Men. «¿Por qué le gusta tanto el humor?», le preguntaré más tarde. «No lo sé» me contestará una y diez veces antes de reconocer cuál es la verdad: la verdad de esas personas que no pueden pasar desapercibidas y que responden con un atractivo «Je ne sais pas».
Lucía Tello Díaz.- Después del éxito de Intocable vuelve a la gran pantalla con Incompatibles, una buddy-movie con innumerables referencias a las comedias policíacas de los ochenta. ¿Qué le atraía más de este proyecto?
Omar Sy.- La intención que teníamos al rodar Incompatibles era hacer una buddy-movie a la americana pero con un fondo social francés, es decir, una buddy-movie a la francesa en cierto sentido. De ahí que haya tantas referencias a Superdetective en Hollywood con Eddie Murphy aunque también, precisamente por querer adaptarlo a la cultura francesa, nos valimos de referencias como Jean Paul Belmondo en Le Professional. Pero además nos inspiramos en películas como Límite 48 horas, películas que nos gustaban, a las que queríamos rendir homenaje y sobre todo, películas que nos ayudarían a recuperar un género que hacía mucho tiempo que no veíamos en Francia.
LTD.- Tanto en cine como en televisión, con su dúo cómico junto con Fred Testot, se ha dedicado al mundo de la comedia. ¿Qué posibilidades le ofrece la comedia y por qué esa querencia hacia el humor?
OS.- No lo sé –ríe-. No lo sé, no lo sé… Quizá sí que lo sé. Es algo que he desarrollado de manera natural en la vida, quizá como una defensa o tal vez como arma, no lo sé. Cuando vives en los suburbios de una ciudad como París, mides un metro noventa y dos, estás cuadrado… Pues la gente que no te conoce te tiene miedo. Pero si apareces con una sonrisa, es diferente; el sentido del humor te abre muchas puertas.
LTD.- Entre Driss de Intocable y Ousmane de Incompatibles no sólo ha pasado un par de años, sino todo un fenómeno cinematográfico, ¿cómo definirías a tus personajes y en qué medida consideras que difieren?
OS.- Son personajes completamente diferentes. Puede que los dos vengan de los suburbios y que además hayan sido interpretados por mí, pero hasta ahí llegan los puntos en común que comparten. Driss era un personaje que había escogido el camino equivocado, se había convertido en un típico “capo” de suburbio, lo que llaman un caïd, pero que gracias a un encuentro que ha tenido con Philippe (François Cluzet), se ha visto iluminado y es “reconducido” al buen camino. El de Ousmane es un personaje completamente distinto. Él tiene el camino muy bien trazado, ya desde pequeño había sido marginado en su barrio porque siempre ha sabido por dónde quería ir y el camino que quería elegir. Lo único que hace que Driss y Ousmane se parezcan es su proveniencia de los suburbios y que sean dos personajes positivos, que han contado la vida suburbial desde una perspectiva positiva. Por eso me ha encantado hacerlo, porque suponía un cambio.
LTD.- En Incompatibles volvemos a encontrarle unido a otro compañero con el que comparte mucha química, el capitán François Monge, ¿cómo ha sido trabajar con Laurent Lafitte?
OS.- Laurent y yo nos llevamos fenomenal. Entré en el proyecto antes que él y desde el principio el director David Charhon y yo, buscamos un compañero adecuado para ser la pareja de mi personaje en la película; cuando me propuso a Laurent Lafitte me pareció fenomenal. Es muy divertido, me río mucho con él, además ha tenido mucha formación en teatro, ha tenido formación en una escuela teatral y un recorrido muy distinto al mío, por lo que pensé que podríamos pegar bien porque empleamos métodos muy distintos y venimos de mundos paralelos. Nos llevamos muy bien, nos hemos reído muchísimo; además éramos muy pesados, los dos queríamos ser el más gracioso, el que hiciera la última gracia, por lo que al final siempre nos tenían que parar. Hemos compartido momentos muy buenos.
LTD.- El final de Incompatibles queda patentemente abierto para llevar a cabo una continuación, ¿acaso ya está planeada una secuela?
OS.- La película ha funcionado muy bien en Francia por lo que se podría plantear la cuestión de hacer una continuación, de hecho, el final se deja abierto a propósito, porque teníamos la esperanza desde el principio de poder hacer una secuela. Como decía antes, es una buddy-movie, y en las buddy-movies muchas veces hay una continuación. Quién sabe… Puede ser una opción.
LTD.- El trasfondo de su película es una tremenda crítica social, Incompatibles no se limita a la comedia únicamente, es de hecho el retrato de una Francia con muchos contrastes. ¿Es un reflejo real de la situación francesa?
OS.- Es cierto que vivir o nacer en el Distrito 6 o en un suburbio de París es totalmente distinto. Creo que el lugar donde naces y donde vives determina claramente quién vas a ser, las posibilidades que tienes y qué te va a ofrecer la vida. Pero es algo extrapolable a todas las partes del mundo, es cuestión de extracción social. En mi propia experiencia, reconozco que yo nunca he tenido problemas particulares. No más que cualquier otro. Mi vida ha estado llena de facilidades y de dificultades, y quizá son esas dificultades las que me han ayudado a estar donde estoy. No me quejo, como todo el mundo he tenido puertas que se me han cerrado y puertas que se me han abierto, pero quizá las que me han sido cerradas me han dado más fuerza para estar en donde estoy ahora. Además viendo donde estoy ahora creo que no me puedo quejar.
LTD.- Es cierto que usted, como su personaje Ousmane, también se ha criado en un suburbio parisino, de hecho, el respeto con que aborda el acercamiento a esta zona, sabiendo que usted proviene de allí, es clave para entender la situación de la película
OS.- Afortunadamente a mí nunca me ha pasado lo que le pasa a Ousmane al regresar al suburbio. Al contrario, cuando visito el barrio me reciben fenomenal, siempre me han confortado mucho, me han dado mucho amor y desde siempre me han animado para que siguiera adelante. Y eso precisamente me ha dado una responsabilidad muy fuerte, eso hace que hable de ellos de una manera positiva. Creo que si mintiera sobre la realidad o hablara de una manera negativa sobre ellos, lo considerarían una traición y me recibirían como a un extraño. Gracias a Dios siempre me han recibido muy bien, son los primeros que me han dado fuerza para continuar. Lo que pasa en la película es que a Ousmane le reciben como a un extraño porque ha decidido hacerse poli, lo cual quiere decir que hay jóvenes que quieren ser policías, y esa es la elección y el desafío más difícil que pueden hacer. Es un sacrificio que hacen por su país y por su patria, por eso se quería introducir este elemento en la película, porque todo el mundo tiene la idea de que la gente de los suburbios no es patriota, se les acusa de no querer a su país, y quería demostrar que no es cierto, que están dispuestos a luchar por su país, a servir a su país y a hacer sacrificios.
LTD.- Hay muchas películas que abordan desde la crítica la situación social de conflicto, especialmente mucho cine francés que destaca la conflictividad entre París y los suburbios, ¿cuánto se acomoda esta visión cinematográfica a la verdadera situación?
OS.- Es muy difícil saber cuánto se acerca la ficción a la realidad. Sin embargo sí puedo hacer una comparación entre cómo se retrata la vida en los suburbios en las dos películas en las que he participado y se han visto en España. En Intocable no se usan los clichés, se intentan evitar. En Incompatibles se emplean los estereotipos, entramos voluntaria y directamente a ellos no sólo para utilizarlos a la hora de crear situaciones cómicas, sino para desmontarlos delante del público.
LTD.- Otro aspecto que destaca en sus películas es que se nota que usted disfruta interpretando, introduce bailes, habla con emoción, interpreta escenas de conducción extrema…
OS.- Sí, es verdad. Me gusta mucho bailar, en cuanto puedo colocar unos pasos de baile, los introduzco, es mi pequeña coquetería o licencia, por decirlo de alguna manera. Como no pude ser bailarín de ballet –ríe roncamente-, pues intento bailar en mis películas. Y sobre conducir –ríe de nuevo-, ¡adoro conducir! Desgraciadamente nunca he podido ser piloto de Fórmula 1, cuando era joven, y ahora también, he hecho mucho karting, pero creo que para ser piloto de Fórmula 1 tienes que empezar desde muy joven y tienes que tener muchos posibles para conseguirlo. Por eso yo me conformé con hacer karting. Además para ser piloto tienes que ser bajito, muy pequeño… Así que en definitiva, no tenía ni nivel social ni físico adecuado. Pero cuando puedo hacer persecuciones en el cine… Me encanta.
LTD.- Respecto a sus proyectos futuros, se ha publicado que va a participar en el nuevo título de X-Men: Days of Future Past, en el que compartirá cartel con nombres propios del cine hollywoodiense como Hugh Jackmen, Ian McKellen, Halle Berry, Jenniffer Lawrence, Anna Paquin, Michael Fassbender o Ellen Page, ¿qué supone este salto en su carrera?
OS.- ¡Es un honor! Estoy entusiasmado porque es una oportunidad de oro. Es el tipo de película que sólo puedes soñar hacer en Hollywood. Sólo se puede hacer allí. El interés de hacer un trabajo fuera de tu país radica en hacer algo distinto, y esta película es diferente completamente y, además, sólo se puede hacer allí. Trabajar con ellos es una oportunidad para mí; yo no he acudido a ninguna escuela de arte dramático, lo que voy aprendiendo a lo largo de mi vida es lo que aprendo de las personas que han trabajado conmigo en mi recorrido, por eso creo que trabajar allí es una gran escuela. Aunque no pueda decir el personaje que voy a interpretar…
LTD.- Sabemos de sus proyectos internacionales pero usted ha trabajado con los mejores directores franceses, entre ellos Jean-Pierre Jeaunet, ¿qué proyectos tiene y cuándo va a volver a trabajar con él?
OS.- Por el momento no hay nada, sólo el estreno de Mood Indigo, la película de Michel Gondry que ha adaptado de la novela de Boris Vian, L’Ecume des Jours, y que se va a estrenar en abril en Francia. Sin embargo –ríe profundamente- no sé si se va a estrenar en España…
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