Sea cual fuere el don que hagamos a alguien, el primer regalo que he hacemos es el de amarle.
Santo Tomás de Aquino.
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a saludaros. Empezamos mes y, con él, el análisis de una nueva película. En esta ocasión Grease (1978, Randal Kleiser), protagonizada por John Travolta y Olivia Newton-John.
La historia nos lleva al instituto Rydell, en 1959, donde empieza un nuevo curso y los jóvenes vuelven de sus vacaciones. Danny (John Travolta) viene hablando de su amor de verano, Sandy (Olivia Newton-John), una chica que conoció durante las vacaciones.
A su vez, ese mismo curso, Sandy se traslada de ciudad y recala en el mismo instituto. Allí se encuentran los dos; ella habla de su encuentro como algo romántico sucedido con un chico encantador. El conflicto empieza cuando los dos se vuelven a reunir y a sus amigos no les casan las versiones que han contado.
Nos presentan también la vida de sus compañeros, unos chicos que empiezan a comprobar que deben ser adultos y hacer algo con sus vidas. Todos llevan con mejor o peor tino la idea de que hay que trabajar.
Los coches son uno de los hobbies preferidos de los amigos de Danny, así como las carreras de velocidad. A su vez, Frenchy (Didi Conn), compañera de Sandy, se dedica a la belleza, peinando y maquillando a sus compañeras, no siempre con acierto. El mundo de unas y otros choca, y los conflictos entre chicos y chicas están servidos, pero eso queda para vosotros.
La película nos habla de empezar, también del empezar de la vida, para la que se tienen que preparar los jóvenes, poniendo de manifiesto los conflictos que se les presentan.
Grease es un canto, nunca mejor dicho, al amor, a la alegría, al verano, a la juventud y al esfuerzo de salir de esa etapa de la vida y comenzar otra nueva.
Por eso, sea cual fuese el don que hagamos a alguien, el primer regalo que le hacemos es el don de amarle.
Con todo el cariño, feliz agosto desde La Mecedora.
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