Difícil es la palabra a la que a veces nos aferramos para no intentar lo posible.
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a estar con todos vosotros. Comenzamos un nuevo mes y, con él, una nueva reflexión sobre una película: El chip prodigioso (1987, Joe Dante). La historia nos lleva a San Francisco, donde se celebra una fiesta a la que acude Tuck Pendelton (Dennis Quaid), un piloto militar que hace alarde de su gusto por la diversión. Las mujeres y el alcohol son sus mejores compañeros para enfado de Lydia Maxwell (Meg Ryan), periodista y ex pareja quien, a pesar de seguir enamorada de él, le recrimina su falta de compromiso.
En la misma ciudad vive Jack Putter (Martin Short), un cajero hipocondríaco aquejado de muchos miedos. Su médico le conduce lo mejor que puede, aconsejándole unas vacaciones de su trabajo. Se encuentra estresando, contando la infinidad de problemas que cree tener y su pesadilla recurrente: En la caja registradora, llega una cliente con muchos productos. Él los va pasando y la cuenta aumenta, suma y suma hasta alcanzar una cifra exorbitada. La cliente le indica que no lleva tanto dinero, y sus compañeros y jefes le miran atónitos. Lógico que cada día se despierte fatal.
A Tuck, mientras tanto, le recomiendan una misión de alto riesgo, apelando a ese carácter despreocupado que tiene. Debe pilotar una nave que miniaturizarán e introducirán posteriormente en el cuerpo de un conejo. Pero algo falla, el laboratorio es interceptado y Tuck queda a la deriva en la jeringuilla. Un operario del laboratorio salva la jeringa del ataque, llevándose con él a Tuck y al célebre chip que permitirá llevar a cabo el experimento.
Perdido en un centro comercial y herido de muerte, el operario inyecta a Tuck en las nalgas del primer hombre que se cruza por su camino: Jack. A partir de entonces, se hacen realidad todos los miedos del cajero, comienza a oír voces y a ponerse todavía más nervioso. Su doctor, definitivamente, le manda a casa a descansar. Aquí empieza la historia que, como siempre, es para vosotros.
El chip prodigioso es una película de acción dirigida por Joe Dante, con muchos toques de humor y, como buena representante de los años ochenta, con una espléndida banda sonora. Sin duda hará que paséis una tarde refrescante de verano y, en otras latitudes del mundo, también puede servir para una buena tarde de manta y chocolate. Os hará un rato divertido.
Me gustaría resaltar algo que me suscita reflexión de esta película, y no es otra cosa que la voz interior que todos tenemos dentro. Cuántas veces nos hablamos a nosotros mismos como Jack, destacamos solo lo peor, tratándonos mal y diciéndonos cosas horribles. Un día, el “homúnculo” de nuestro interior, en el caso de película un hombre real introducido en su cuerpo, habla y hace que Jack vuelva a tener confianza en sí mismo, a creer que puede hacer lo que nunca se dio permiso: que puede ser feliz y pasar momentos distintos.
Por eso, hablemos de nuestras fortalezas, no nos agarremos a lo que nos daña: “difícil es la palabra a la que a veces nos aferramos para no intentar lo posible”.
Con todo el cariño, feliz agosto a todos desde La Mecedora.
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