Título original: The Darkest Minds
Año: 2018
Dirección: Jennifer Yuh
Guion: Chad Hodge, basado en la novela de Alexandra Bracken.
Reparto: Amandla Stenberg, Mandy Moore, Gwendoline Christie, Harris Dickinson, Miya Cech, Skylan Brooks, Mark O’Brien, Wallace Langham, Golden Brooks, Patrick Gibson, Catherine Dyer, Peyton Wich, Sammi Rotibi, Deja Dee, Lidya Jewett, Connor Murdock, Kaleigh Rivera, Allie McCulloch, Charles Green, Kassidy Slaughter, Audrey Hope, Carson Holmes, Jonnah-Blaine Bowling, Blake Bertrand, McCarrie McCausland, Curtis Gammage
Música: Benjamin Wallfisch
Fotografía: Kramer Morgenthau
Duración: 105 minutos
País: Estados Unidos
Género: Ciencia ficción
Producción: 20th Century Fox y 21 Laps Entertainment
Estreno en España: 2 de agosto de 2018
De entre las innumerables distopías infanticidas e incluso infantilizantes que han colmado librerías y salas de cine en los últimos años, The Darkest Minds es, quizá, una de las más constructivas. Ya sea el enfoque ético con que está construida, la sobriedad formal que entrega la dirección de Jennifer Yuh o la estética más naturalista que steampunk que presenta, lo cierto es que Mentes poderosas muestra grandes aciertos entre sus pocos yerros.
Un futuro no muy lejano. Los niños comienzan a fallecer inexplicablemente. La población infantil se reduce en un 98% y, los pocos menores que quedan con vida, comienzan a desarrollar unas aptitudes incontrolables. Mayor inteligencia, telequinesia, dominio del universo eléctrico, capacidades letales o control mental son algunas de las habilidades extraordinarias que desarrollan, llegando a ser por ello recluidos en campos de concentración y clasificados según un código específico (verde, azul, amarillo, rojo y naranja respectivamente).
En Virginia, una pequeña llamada Ruby (Amandla Stenberg) celebra su décimo cumpleaños. Lo único que desea es no enfermar y que sus padres no se alejen de ella. Sin embargo, esa misma noche sucede algo extraordinario. Al acercarse al dormitorio de sus padres, el solo tacto de su madre (Golden Brooks) le sobresaltará. Por la mañana, sus padres no serán capaces de reconocer en ella a su hija, lo que hará que la campaña de captura gubernamental la encierre en un campo de concentración. Allí revelarán que Ruby es una pequeña ‘naranja’ de extrema peligrosidad, al tiempo que la niña descubrirá cómo controlar parte de su poder mental, evitando ser ejecutada. Así vivirá durante seis años, hasta que su verdadera condición salga a la luz y se vea obligada a huir. Para ello será fundamental la ayuda de la doctora Cate (Mandy Moore) quien la recluta para la Liga, un ejército de niños que deberá enfrentarse en el futuro contra el Estado.
Temerosa al tener una extraña visión, Ruby se unirá a los pequeños prófugos Suzume ‘Zu’ (Miya Cech), Chubs (Skylan Brooks) y Liam (Harris Dickinson), de camino al paraíso prometido, un campamento secreto capitaneado por “el huidizo”. Las relaciones que mantengan entre ellos y los lazos de solidaridad que desarrollen irán tejiendo una trama distópica de opresión, rebeldía y resistencia.
Que la idea vehicular de las novelas de Alexandra Bracken resulta manida, no se puede discutir; que remite en algunos aspectos a sagas como la de Harry Potter (J. K. Rowling), la de Divergente (Veronica Roth) o la Los juegos del hambre (Suzanne Collins), tampoco se puede negar. No obstante, no sería de recibo indicar que Mentes poderosas es un simple melting pot de elementos reciclados ni mucho menos; The Darkest Minds ofrece un enfoque mucho más constructivo, moral y honesto de lo que algunas de sus antecesoras, con cierto regusto, si bien leve, del cine de Zemeckis, Donner y Columbus forjado en el crisol de la era de Stranger Things.
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